Supo ser uno de los más acérrimos defensores a ultranza del kirchnerismo y del cristinismo. Sin embargo, en las últimas semanas el escritor y periodista chaqueño Mempo Giardinelli viene repartiendo duras críticas en el marco de las elecciones presidenciales.
En una nota de opinión publicada hoy por el diario oficialista Página/12 llamada "Lo que hay y lo que viene", Giardinelli sostiene que la ciudadanía que quiere ser gobernada por Daniel Scioli "tendrá que revisar profunda y sinceramente todo lo que hizo mal". Y se sumó en este sentido a las advertencias pregonadas desde Carta Abierta: "Algunos amargos, agoreros, solitarios con pretensiones de iluminados y críticos permanentes –como se nos suele bautizar– lo hemos venido señalando".
Tras elogiar las políticas sociales y en materia de derechos humanos impulsadas durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, dijo: "Desdeñó las necesarias políticas de transparencia que toda democracia exige; su política ambiental fue desastrosa; su incapacidad de diálogo político y tejido de alianzas quedó expuesta desde la muerte de Néstor; y la frutilla del postre fue el dedazo de la Presidenta imponiéndonos un candidato que ni a ella le gustó jamás".
La ausencia de una primarias en el seno del kirchnerismo también le valió su rechazo: "Este gobierno –al que adherí con lealtad y absoluto desinterés– empezó a suicidarse cuando canceló la elección interna por vía de las PASO llamando a un hipotético 'baño de humildad', y en cambio designó a dedo a un candidato desangelado y muy resistido, al que el domingo muchísimos votamos llenos de dudas y endebles esperanzas".
"Pero todo resultado electoral es opinable y entonces a uno puede parecerle lamentable que tanta ciudadanía haya decidido votar en favor de lo que muchos juzgamos un ‘cambiemos’ miserablemente mentiroso, que está cantado que significará un enorme retroceso en términos políticos, económicos, sociales, culturales, educativos, morales, de derechos humanos y de derechos civiles", señaló.
Aunque al mismo tiempo repudió a quienes menosprecian el voto anti-k: "Uno puede pensar también que muchos compatriotas votaron una vez más a los verdugos, los explotadores, los corruptos y los que embrutecen y engañan con música y globitos. Y se podrá debatir por qué lo hicieron, pero el hecho es que lo hicieron y hay que respetarlo. Porque el voto es el voto y es de canallas y fascistas deslegitimar la voluntad ciudadana".
Por último, apeló a la resignación electoral: "Cierto también que acaso estemos asistiendo al verdadero principio del fin de un período excepcional de conquistas democráticas y sociales como los argentinos no habíamos vivido jamás. Y cierto que muchos y muchas hubiésemos querido otro final. (...) Pero esto es lo que hay, y entonces, ante el ballottage que se viene, en opinión de esta columna lo que queda es ratificar el voto a Scioli-Zannini con absoluta firmeza y sinceramiento y a la vez, ojalá, con autocrítica".
"Y si se pierde, retomar las grandes, mejores banderas de estos años y no aceptar dedazos nunca más y horizontalizar de una vez la práctica democrática", concluyó.