El hombre llega al edificio que el Instituto de la Vivienda (IVC) tiene en la calle Carlos Pellegrini al 200. Toma el ascensor y se baja en el sexto piso. Se anota para participar en un concurso de precios porque tiene una ferretería y quiere venderle al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El negocio se llama Distribuidora América y su propietario no es otro que Mario Guillermo Moreno, el todopoderoso secretario de Comercio Interior de la Nación, el hombre de bigotes y nariz grande que intenta controlar precios y tiene más poder que cualquier ministro de Economía K.
Es difícil imaginarlo protagonizando la escena. Sin embargo, al menos durante las gestiones de Aníbal Ibarra y de Jorge Telerman, Moreno fue el ferretero oficial del Gobierno porteño. Un ex titular del IVC confirmó que fue proveedor de la Ciudad al menos desde 2003. Este diario no pudo comprobar si con la gestión de Mauricio Macri lo sigue siendo.
Según pudo constatar Perfil a través de las correspondientes facturas, entre octubre de 2005 y julio de 2006 el funcionario percibió 306.429 pesos en ventas correspondientes a cables, baños, caños de PVC, chapas, cemento, lámparas, pinceles y cerámicos. Calculadas por mes, esas ventas representaron más del doble del salario que declaraba recibir como funcionario.
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