Según la denuncia de Nisman, Khalil negoció con Luis D’Elía y Fernando Esteche la impunidad de Irán en el atentado a la AMIA a cambio de beneficios energéticos. Lo hizo en nombre de Rabbani, uno de los imputados por el ataque que terminó con la vida de 85 personas, y funcionario de la República Islámica de Irán.
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“Se trata para mí de un guía espiritual y religioso respetable. Incluso es pública mi defensa acerca de su inocencia y de la República Islámica de Irán en el caso en que se los imputa”, explicó, en una breve carta enviada a los medios, donde se presenta como “dirigente comunitario desde hace 12 años”.
En esa línea, negó haber participado de alguna conversación en nombre del país islámico: “Niego rotundamente la infamia de acusarme de ‘agente iraní’. Con Irán me une la identificación religiosa de nuestra fe islámica y un intercambio religioso y cultural para beneficio de nuestra comunidad en el país”.
“En mi rol de dirigente comunitario, como los de otras comunidades, he tenido y tengo relaciones con distintos actores del campo político nacional, partidos políticos, organizaciones sociales y otros, relaciones naturales en el tejido social de un país con integración”, explicó. Por último, señaló que “como ciudadano argentino respetuoso de la ley, me he puesto a disposición de la justicia para colaborar en el principal anhelo de toda la sociedad: la búsqueda de la verdad”.
