POLITICA

Hace 15 años que no se invierte en equipamiento para las FF.AA.

El gasto en el sector Defensa es el más bajo de la historia y equivale al 0,9% del PBI. Argentina sólo podría sostener un conflicto durante dos horas.

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Las Fuerzas Armadas están en un estado crítico. La falta de reequipamiento a la que vienen siendo sometidas en los últimos quince años se incrementó durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. La mayoría de los sistemas de defensa del país tienen entre tres y cuatro décadas de uso y, paulatinamente, están siendo dados de baja sin que se los reemplace.

A esto se le suma un éxodo alarmante del personal: sólo en los primeros seis meses del año se fue casi el 10 por ciento de los pilotos.

“Las Fuerzas Armadas no están en condiciones de cumplir la misión que tienen asignada por ley. Tienen aviones que no vuelan o no están en condiciones de combate, barcos que no navegan porque están fuera de servicio, y el equipamiento del Ejército con más de cuarenta años”, afirma el tres veces ministro de Defensa, Horacio Jaunarena.

El director del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría, Rosendo Fraga, concuerda y agrega que “al ser casi nula la inversión en equipamiento, la Argentina ha quedado rezagada respecto de Brasil, Chile, Colombia, Venezuela e, incluso, Perú. Pero el problema es, también, que la disminución del gasto en funcionamiento afecta el mantenimiento de los sistemas de armas, muchos de los cuales quedan fuera de servicio por esta causa”.
El vicepresidente de la Comisión de Defensa del Senado, Arturo Vera, resalta que “toda la infraestructura que tienen las Fuerzas Armadas está destruida. No cuentan con elementos para nada. Aparte de los equipos, no pueden practicar, no tienen armamentos, balas, ni el trato que se merecen”.

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Buscando un porqué. Esto afecta no sólo su operatividad sino que, también, a la motivación de los propios militares que han comenzado a preguntarse si el Gobierno realmente está interesado en contar con fuerzas para la defensa del país.

“Si las Fuerzas Armadas están en este estado, tenés que tomar la decisión de disolverlas o plantearte para qué las dejás. La pregunta es: ¿para qué están? Están, pero no saben qué hacer con ellas, porque no van a gastar plata en esto, pero tampoco se atreven a disolverlas”, afirma un alto mando del Ejército.

El presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, Julio César Martínez, cree que “es mejor que digan que no quieren tener Defensa y nos resignamos a eso, y no perdemos tiempo. Hoy estamos gastando plata para tener esto y lo tenemos mal. A la hora de que las necesitemos, no nos van a servir”.

Según los últimos datos revelados por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés), la Argentina incrementó un 6,60% su gasto militar en 2010. Sin embargo, estos datos son engañosos ya que, en realidad, el poder de compra ajustado por inflación y por el incremento del dólar resulta inferior al que se tenía en 2009.

Por otra parte, cerca del 80% de este dinero está destinado a pagar los salarios de los oficiales en actividad y las jubilaciones de los retirados. “El presupuesto de Defensa es menor al de 2010 si se lo ajusta por inflación, del 0,9% del PBI. Todo se va en sueldos y mantenimiento, con lo que no te deja casi nada para otros gastos”, resalta la fuente del Ejército.

En tanto, un almirante retirado que conoce de cerca el funcionamiento actual de la Marina destaca que “ninguna fuerza armada del mundo, aunque sea la más chiquita o la más humilde, puede funcionar con menos del 1,5% del PBI. Con el 0,9%; es imposible sostenerlas operativas”.

Desde la Fuerza Aérea resaltan que el dinero que recibieron para este año ya se les acabó por el aumento del precio de los combustibles, por lo que debieron pedir algunas partidas extras para poder hacer el mantenimiento de las aeronaves.

En el Ministerio de Defensa prefieren guardar silencio sobre estos temas. Al ser consultados por PERFIL para esta nota en reiteradas oportunidades, nunca respondieron a los pedidos de información y entrevistas.

(*) Diario Perfil

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