Para Iván Petrella, hay sectores que apuestan por un final abrupto del Gobierno. Es su forma de referirse al clima destituyente, denunciado por la primera plana de Cambiemos. No es casualidad: Petrella integra el equipo de discurso (junto a Marcos Peña y Alejandro Rozitchner, entre otros) que se reúne cada 15 días para debatir la coyuntura y el rumbo general del Gobierno. Filósofo y funcionario del Ministerio de Cultura, también reproduce una postura macrista que circuló frente al Día de la Memoria: que falta empatía con las víctimas de los 70, tanto las del Estado como las de los grupos armados.
—¿Cuál es la posición frente al aniversario del golpe de 1976?
—En los últimos años, una facción intentó apropiarse de la temática de los derechos humanos, que es universal.
—¿Y el Gobierno qué propone?
—Tres ejes: reivindicar la democracia, que en los 70 fue despreciada. Apuntar al futuro: discutir qué democracia queremos y cómo hacer para mejorarla. Y tener empatía con las personas que sufrieron, como en los campos de concentración alemanes, donde te dan el nombre de una persona para que te identifiques con su historia y su dolor.
—¿Cómo se aplicaría el punto de la empatía?
—Sería tener empatía por Hebe de Bonafini, quien sufrió la desaparición de dos hijos, y también por alguien que haya perdido a su hija por una bomba de Montoneros.
—¿Las dos situaciones son equiparables?
—No hay que hacer una equivalencia. El dolor no tiene bando, es universal. Es comprensión del sufrimiento del otro. Esa actitud está presente en las nuevas generaciones, que están por encima de los que pelearon. Tenemos que dar ese paso hacia adelante, para desatar el nudo gordiano.
—Suena a la teoría de los dos demonios.
—No. Nadie en el Gobierno pone en duda que la dictadura fue lo peor que nos pasó en la historia. Pero el sufrimiento es amplio.
—¿El Gobierno está atravesando su peor momento?
—Estamos viendo una sociedad a la que se le cae el telón del autoengaño. Eso se simboliza en los bolsos de López, el 32% de pobreza y los resultados educativos. Eso es traumático. Y es difícil encontrar interlocutores dispuestos a discutir dejando atrás los mitos.
—¿Cómo califica el reclamo docente?
—Veo una lucha política de un líder sindical afiliado al partido que gobernó los últimos 12 años.
—¿El reclamo salarial es sólo una excusa de Roberto Baradel?
—El reclamo por el salario es real, y María Eugenia Vidal lo asume. Pero heredó una provincia quebrada.
—En las marchas docentes hubo muchos maestros que votaron a Macri. ¿Coincide?
—Seguramente. Pero Argentina está como está debido a las personas que gobernaron por más de una década.
—¿Percibe un clima destituyente?
—Claramente, hay sectores de la política que estarían felices con el fracaso de este gobierno. Estarían contentos de que el Gobierno se fuera antes. Pero no hay posibilidad. La sociedad maduró y tenemos apoyo.
—¿Por destituyente se refiere a Cristina Kirchner?
—A cualquier político que se niega a argumentar desde realidad y verdad, y no está comprometido con los valores democráticos.
—¿Perder en las legislativas bonaerenses sería un golpe demasiado duro para Cambiemos?
—No lo veo así. Estamos acostumbrados a gobernar en minoría. Lo hicimos en Capital. Negociar con la oposición es importante para la maduración democrática.