Según reconoció Bonafini, el 2013 “es un año de muchos problemas pero de muchos logros”. Por ello, invitó a quienes participaron de la marcha a “a las 7 de la tarde a despedir el año”. “Sidra y pan dulce. Si alguien quiere aportar un pan dulce, una sidra o una coca que la traiga”, comentó. “Si no, nosotros ya estamos comprando porque no hay invitación privada: todos pueden venir, para nosotros va a ser una satisfacción”, confió la titular de Madres. Pero también brindará por una de las mejores noticias que habrá recibido en las últimas semanas: la designación del general César Milani al frente del Ejército, pese a los cuestionamientos que organismos y referentes de los Derechos Humanos hicieran sobre el pasado del militar durante la última dictadura.
Para la titular de Madres, “son los mismos que critican a Milani, a la Presidenta, están diciendo de todo de la Universidad de las Madres: que tenemos deudas, que cómo vamos a tener una universidad”. “Nosotros estamos pagando la deuda de los Schoklender, la estamos pagando nosotros con nuestro esfuerzo, con nuestro trabajo, con la ayuda de mucha gente y con algunas provincias que han sido muy serias y nos han pagado lo que debían haber pagado antes y no pagaron, para que nosotros podamos cubrir esa deuda tan infernalmente grande”, continuó.
“Esos mismos ahora critican la Universidad de las Madres, el Instituto de las Madres, entonces en dónde estamos: unos estamos acá y otros están allá. Eso es igual a la reparación económica. Los que cobraron la reparación son los que no quieren a Milani, son tan dignos... pero vendieron la sangre de los hijos, hay alguna diferencia”, apuntó.
Planes a futuro. A la vez que recordó la represión estatal durante la crisis en 2001 y los cambios previstos en la Universidad de las Madres -que pasará a llamarse Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos- adelantados por Perfil.com.
“Va a ser un instituto con los mismos planes, porque nosotros lo que tratamos, para lo que trabajamos mucho es para que no se cambiaran los planes porque nosotros tenemos en todas las carreras planes muy avanzados”, indicó Bonafini. “En la carrera de Derecho hay muchas reformas, en la carrera de Trabajo Social, la de Historia es difícil pero se enseñan los libros que hay que enseñar, las cosas como son, como corresponden”, ejemplificó.
“Es una universidad de la izquierda, no es de la derecha y hay muchas carreras que queremos seguir implementando. Viene la de Periodismo, Comunicación, Investigación para ver si terminamos con estos periodistas de mierda, que no son periodistas ni son nada, y tenemos pronto los nuestros”, espetó.
La mujer se ocupó un buen rato de cuestionar a la prensa opositora. “Pobre Cristina, todo el mundo le tira investigaciones, denuncias acá, denuncias allá, y claro, es complicado ¿no? Es complicado porque cuando una mujer tiene la fuerza que tiene ella, vuelve con tanta dignidad, no les contesta, todavía los invita, los tipos no saben qué hacer. Querían que los invite, los invitó; querían que hable con los periodistas, habla con los periodistas y ahora qué. Bueno, tirémosle mierda”, prosiguió.
“Habrán visto que generó mucha repercusión mi reportaje al general Milani”, comentó Bonafini. “Algunos estaban a favor, otros no, porque la gente no entiende la transformación del Ejército. Si nosotros no pensamos que hay un Ejército que se puede transformar, que no tiene nada que ver, porque más de lo que investigamos las Madres no investiga nadie, nada que ver con lo que se lo denuncia”, analizó.
“Primero porque la denuncia empezó con Lanata y un radical amargado que le metió fuego y chau, como tantas difamaciones. Los que se equivocaron con Milani son los mismos que dijeron, muchos de ellos, algún periodista, que no había que nombrarlo a Bergoglio como Papa porque había secuestrado algunos sacerdotes. En vez de secuestrarlos a uno lo salvó, ese que lo salvó salió hablar y dice: cómo que me secuestró, me salvó. Así que se equivocó, se equivocan y se equivocan mucho”, reclamó Bonafini, mientras evadió cualquier mención al rechazo inicial que provocó en el Gobierno el nombramiento del arzobispo porteño.
“Nosotras estamos muy contentas de haber podido hacer esa nota y de que el Ejército empiece a trabajar en lo que tiene que hacer, bien cerca del pueblo porque nosotros no tenemos un Ejército para hacer la guerra, nosotros no tenemos que hacer guerra, tenemos que tener un Ejército que sea del pueblo, que trabaje, que luche, que vaya a los barrios, que los organice, que haga las calles, que ponga la luz, todo lo que los barrios necesitan. Un barrio que está bien diagramado, organizado, urbanizado, con agua, con luz, con veredas es otra cosa”, argumentó. Y el Ejército tiene hombres, tiene ingenieros, tiene plata y tiene maquinarías, así que vayan todos: no solo los soldados, también los generales. Todos tienen que ir a trabajar”, exhortó.