Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, salió a responderle a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien había cuestionado el posible cambio de nombre al espacio denominado en homenaje a su difunto esposo, el Centro Cultural Kirchner.
"La hipertrofia llevada a cabo durante su gobierno al nominar centenares de edificios, rutas, polideportivos y hasta rotondas, poco contribuyó a la calidad institucional", planteó el funcionario de Cambiemos en una carta abierta dirigida a la exmandataria, a la que accedió Perfil.
CFK publicó hoy en su Facebook una carta abierta de Valentina Cañeque, sobrina de Gustavo Cerati, cuyo nombre se propuso como alternativa al del expresidente. "No mezclemos la magia y el amor del inmenso arte de Gus con la suciedad de esta gente. Depende de cada uno de nosotros hasta dónde dejemos avanzar este aparato monstruoso", señaló la joven en esa misiva.
A su turno, Lombardi sostuvo que se propuso a legisladores nacionales que "no se puedan imponer nombres a bienes o lugares públicos hasta veinte años después de la muerte" del homenajeado. "El valor a ser defendido es el fortalecimiento de las instituciones", señaló el funcionario, y concluyó que "será el Parlamento de la Nación quien lo decida cuando lo considere pertinente".
A continuación, la carta completa:
Señora Ex Presidenta Dra. Cristina Fernández de Kirchner
En este momento, a diferencia de otras épocas, hay en Argentina un gobierno respetuoso de la ley. Por Ley Nacional 26794 el Centro Cultural del Bicentenario se denomina Presidente Dr. Néstor Carlos Kirchner. Hasta que otra ley lo cambie, ese será su nombre.
Con honestidad intelectual le confirmo que, con respecto al nombre, es otro nuestro pensamiento. Creemos que la Argentina necesita un gigantesco cambio cultural con un profundo sentido republicano.
La hipertrofia llevada a cabo durante su gobierno al nominar centenares de edificios, rutas, polideportivos y hasta rotondas, poco contribuyó a la calidad institucional.
No es la valoración de la persona la que está en juego. Es el abuso, la exageración y, además, la poca distancia temporal entre el deceso y la colocación de su nombre a estos centenares de lugares. Creemos que el tiempo transcurrido es un buen método de tamizar estas decisiones y para comprobar si los nombres propuestos contribuyen a la unidad de los argentinos o si provocan más divisiones.
En esa dirección hemos propuesto a legisladores de diversos bloques que no se puedan imponer nombres a bienes o lugares públicos hasta veinte años después de la muerte. Los legisladores podrán confirmar el plazo, disminuirlo o aumentarlo. Pero el valor a ser defendido es el fortalecimiento de las instituciones.
Será el Parlamento de la Nación quien lo decida cuando lo considere pertinente. Sin más la saluda atentamente.
Ing. Hernán Lombardi
Ministro de Medios y Contenidos Públicos