Mientras Cristina Kirchner mantiene el reposo en la Residencia de Olivos, desde donde monitorea constantemente el trabajo de su gobierno, continúa la polémica en torno al desempeño médico en la operación en la que se le extirpó la glándula tiroides.
Toda la semana se mantuvieron los cruces entre oficialistas y opositores. Los segundos cuestionaban el manejo de la información y sembraban las dudas sobre el accionar de la Unidad Médica Presidencial, que conduce Luis Buonomo, mientras que los kirchneristas los criticaron por criticar, defendieron el accionar y festejaron por la salud presidencial.
Los oficialistas también apuntaron sus dardos contra Nelson Castro, columnista de PERFIL, quien en su panorama de la edición del domingo último reveló que hubo un estudio previo a la operación que planteó dudas respecto a si se trataba de un carcinoma papilar el nódulo que le habían encontrado a la Presidenta. Es decir, dudaba del diagnóstico que había indicado que tenía cáncer, algo que luego se presentó como un “falso positivo”. Entrada la semana, siguió agregando información que cuestionaba el accionar de los médicos, como por ejemplo, que no se había hecho una biopsia por congelación durante la cirugía.
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