Cuando Cristóbal López se enteró de que la nueva estrella de su imperio de medios, Marcelo Tinelli, iba a volver este año con una versión recargada de su Gran Cuñado, el show donde se ridiculiza –o se instala electoralmente– a los políticos, pidió que le dejen claro las nuevas reglas dentro del grupo del empresario K: no puede haber personajes de Cristina Fernández, ni de Máximo ni de su hermana Florencia.
Y por ahora, Tinelli habría decidido cumplir: cuando lance su “Gran Bailando”, un show donde funcionarios, diputados y candidatos a las elecciones de 2015 competirán en una pista, no estará la Presidenta ni sus hijos. O por lo menos, no al principio.
Pero sí habrá duras imitaciones del ministro de Economía, Axel Kicillof; del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; y del secretario de Seguridad, Sergio Berni, entre otros funcionarios. Por eso, en algunos despachos de la Casa Rosada, se encendió esta semana la alarma cuando el conductor confirmó a través de Twitter que volverá este año a parodiar a algunos políticos.
“Hay preocupación, es cierto, pero no podemos hacer nada hasta que no veamos cómo es la imitación, una cosa es algo divertido y otra es meterse con temas personales”, confirman fuentes oficiales. A diferencia de la última edición del show de 2009, Tinelli ahora está muy enojado con el kichnerismo.
El Gobierno lo convocó para producir artísticamente los contenidos de Fútbol para Todos. Olfateó un gran negocio, usó recursos de su empresa y hasta se entusiasmó en lo personal, pero finalmente lo dejaron fuera del negocio. Las desinteligencias con la cúpula de La Cámpora –incluso con el “máximo” nivel de decisión dentro de ella– lo corrieron de un día para el otro.
Tinelli se descarga por Twitter contra el Gobierno desde hace semanas –llegó a criticar con dureza la reforma del Código Penal– y ahora planifica su venganza: se burlará de los principales funcionarios K en el prime time, en uno de los shows con más audiencia de la Argentina.
Un dato clave: el programa saldrá en la pantalla de El Trece, lo que le da soltura (y sobre todo recursos) para criticar abiertamente al kirchnerismo. Pero ahora Ideas del Sur, que financia al “Gran Bailando”, es propiedad de Cristóbal López, un empresario muy cercano al Gobierno. ¿Cómo hará Tinelli para hacer equilibrio? Sobre todo porque la relación entre ambos no pasaría su mejor momento.
Hay pocas dudas de que la idea del conductor sea pegar duro: para la apertura oficial de Showmatch –será una parodia de la película Hangover–, convocó a Jorge Lanata y a Marcelo Longobardi, dos claros referentes de periodismo crítico contra la administración kichnerista en la radio y la televisión, ambos con las mejores mediciones de audiencia en sus segmentos.
En los libretos que les dio la producción de Ideas del Sur hay duras referencias al viaje de Cristina a las islas Seychelles, a la financiera La Rosadita, que abrió la investigación de Lanata por la ruta del dinero K y al escándalo en torno a los hoteles del sur que vincula a Lázaro Báez con los Kirchner.
Esta semana Tinelli tendrá una reunión con los humoristas que harán los personajes para empezar a definir roles y perfiles.
¿Quiénes estarán? Además de los funcionarios nacionales, en el “Gran Bailando” habrá imitaciones de los principales presidenciables: el gobernador Daniel Scioli, el diputado Sergio Massa y del jefe de Gobierno, Mauricio Macri. Pero también estarán Elisa Carrió, Horacio Rodríguez Larreta, Gabriela Michetti, Aníbal Fernández y posiblemente Francisco de Narváez, ganador del último “Gran Cuñado”. ¿La sorpresa? Prepararían una imitación del papa Francisco, que, además, es de San Lorenzo.