José López, exsecretario de Obras Públicas ratificó este jueves que los nueve millones de dólares que llevó el 16 de junio de 2016 al convento de General Rodríguez se los dio el entonces secretario de Cristina y Néstor Kirchner, Fabián Gutiérrez, y relató que ese convento era frecuentado por Alicia Kirchner, Julio De Vido y su esposa Alessandra Minnicelli y la jueza María Servini de Cubría.
Según contó el exfuncionario detenido, conoció al obispo Rubén Di Monte (ya fallecido) en 2003 cuando se reunió con él y con De Vido en el Ministerio de Planificación Federal a raíz de que se había caído una cruz de la basílica de Luján.
"A partir de entonces, se fue dando una relación más estrecha entre él y el obispo", explicó López y cuando su defensora Pamela Bisserier le preguntó quien más visitaba el convento, respondió: Julio de Vido y su esposa; Alicia Kirchner; Servini de Cubría. Di Monte tenía muchos amigos y conocidos". En su cumpleaños, en una fiesta muy grande para 200 o 250 personas me dijo que la fiesta había sido un regalo de Raúl Moneta, a quien lo unía una gran amistad", dijo sobre el banquero.
Según López, el convento era frecuentado por Alicia Kirchner, Julio De Vido y su esposa Alessandra Minnicelli y la jueza María Servini de Cubría
Con respecto al episodio de los bolsos, por el que fue denenito, relató que "a mediados de mayo de 2016 fui citado a una reunión por Fabián Gutiérrez y me dijo que necesitaba mover una plata de Daniel Muñoz sin que se enterara su mujer Carolina Pochetti", relató ante el juzgado del doctor Claudio Bonadio, el exfuncionario quien declara por videoconferencia como imputado por enriquecimiento ilícito desde un lugar secreto en el que está alojado tras ingresar al régimen de protección de testigos por ser aceptado como “arrepentido” en la causa de los cuadernos de las coimas.
"Fui citado a una reunión por Fabián Gutiérrez y me dijo que necesitaba mover una plata de Daniel Muñoz sin que se enterara su mujer Carolina Pochetti", declaró López.
El exfuncionario aseguró que no declaró antes porque Cristina “es muy vengativa”. “Gutiérrez me dijo que era una plata grande sin precisar el monto, me dijo que era una plata de la política. Conversamos sobre lugares y opciones y yo le comenté lo del convento", explicó.
A López, según su relato, le pidieron: “José, necesitamos que se cumpla con este operativo, que salga perfectamente. Es mejor para todos, las consecuencias pueden ser tremendas para vos y tu familia”. Para organizar el traslado, el 13 de junio, tres días antes de ser sorprendido con los bolsos, Gutiérrez le envió mensajes y que se puso mal. “Estaba nervioso, paranoico”, explicó y aclaró que su esposa no estaba al tanto del tema, por lo que terminó discutiendo con ella y yéndose de su casa.
“José, necesitamos que se cumpla con este operativo, que salga perfectamente. Es mejor para todos, las consecuencias pueden ser tremendas para vos y tu familia”, reconoció.
“Ese 13 de junio por la noche me llamaron alrededor de las 23 diciéndome que estaban llegando, que desconecte la luz y la alarma de la computadora. Llegaron tres personas, dos en un auto y uno en una moto. Bajaron los bolsos y me dijeron que tenía que tirar los tres celulares que tenía, a los que me habían llamado: uno era de Río Gallegos, otro de Buenos Aires y el tercero, punta a punta que tenía desde hace mucho tiempo. Me dejaron solo los dos celulares personales que tenía", explicó. Luego le preguntaron cuál era el “lugar elegido” y señaló el convento de la localidad de General Rodríguez, mostrándolo en el mapa a través de una aplicación. Le sugirieron que llevara un arma y que unificara el contenido de los bolsos.
Del recorrido hasta el convento, López detalló: "Me encontré con las dos personas y me pidieron que fuera más rápido. Más adelante me encontré a la moto, que se puso detrás y me hicieron luces para que fuera más rápido. Luego me lo encontré de frente en la avenida General Rodríguez donde está la estatua de un gaucho. Ahí cuando doblé a la izquierda, la moto dobló en U y se fue. Cuando estaba llegando al convento encontré a dos personas paradas en la cuadra anterior al convento y la otra persona estaba caminando hacia el portón", relató.
Finalmente, López contó que se estacionó frente al portón del convento, mientras detrás de él se frenó un auto, desde el que le dijeron que al día siguiente pasarían a retirar todo, aunque no sabía dónde lo llevarían. "Arrojé los bolsos por sobre el muro, salté para avisar que me abrieran el portón y así poder meter el auto con las valijas. Antes de hacer esto le avisé a quienes me vigilaban: 'Ahora sí'", aseguró.
En agosto, el exfuncionario había explicado que había sido obligado a mover ese dinero y que sentía que lo habían usado como “chivo expiatorio” como parte de una “maniobra distractiva para poner la atención pública en otro lugar”.
Esa declaración ante el fiscal federal Carlos Stornelli le permitió sumarse al programa de “arrepentidos” con la homologación del juez Claudio Bonadio.
CP