Una esperanza terminó siendo una ilusión. Enrique Balbi, vocero de la Armada, aclaró este lunes que el sonido captado en el mar -que en un principio se creyó que podría provenir del ARA San Juan, el submarino perdido desde el miércoles pasado con 44 tripulantes a bordo- "no corresponde al patrón" de una embarcación. En cambio, comentó el portavoz, el sonido podría tener origen "biológico".
De esta manera, se descartó la pista surgida a raíz de señales sonoras captadas a 360 kilómetros de la costa argentina, a unos 200 metros de profundidad. Esta posibilidad había alimentado la ilusión de los equipos de búsqueda y, en especial, de los familiares de la tripulación, que aguardan novedades en Mar del Plata.Balbi destacó que la búsqueda continuará "hasta que se localice" el navío, que navegaba desde Ushuaia a la base de Mar del Plata antes de desaparecer, y adelantó que se espera que "mejoren" a partir de mañana las condiciones meteorológicas en el océano.
Mientras continúa la búsqueda, comienzan las especulaciones de cuánto tiempo se puede sobrevivir en un submarino sin salir a la superficie, teniendo en cuenta que la renovación del oxígeno es la principal necesidad.
"En caso de que el submarino no pueda alcanzar esa superficie de snórkel para la recarga de las baterías, el tiempo de autonomía es de siete días", afirmó el perito naval Fernando Morales a Infobae.
A su favor, los tripulantes tienen una condición física y psicológica adecuada para dichas situaciones de riesgo, según explicó el ex oficial submarinista, Horacio Tobías, quien además es un ex jefe de máquinas del ARA San Juan.
"La formación psicológica del personal submarinista comienza el día 1. Son puestos a prueba periódicamente en distintas situaciones: respirar gases complejos, aire con menos porcentaje de oxigeno y algún gas que pueda haber en el submarino. Hay psicólogos y médicos que ven esto y seleccionan a los que pueden hacer el curso. Es muy exigente", contó Tobías en diálogo con La Nación.
"Cuando es seleccionado, el submarinista tiene que pasar las pruebas en la escuela de buceo de Mar del Plata, donde tiene que abrir y cerrar escotillas en las piletas, con dificultades para respirar. Tienen que atajar las burbujas de oxígeno que larga una manguera, como un pez", agregó.
El buque con 44 tripulantes argentinos perdió contacto el miércoles 15 de noviembre a las 7 de la mañana, cuando se trasladaba en un punto cercano a Puerto Madryn desde Ushuaia hasta el puerto de Mar del Plata. Desde entonces, todavía no se pudo tener noticias de él.