El anuncio de un paro sectorial de 36 horas y una marcha al ministerio de Trabajo por parte del titular de la CGT oficialista y secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló, encendió las alarmas en la Casa Rosada, indicaron fuentes oficiales. En el Gobierno temen que se concrete, en pleno año electoral, una unidad de facto del gremialismo peronista.
Según referentes metalúrgicos que participaron del congreso del gremio realizado esta semana en Mar del Plata, Caló se vio obligado a pasar a la acción por el malestar de sus afiliados y porque no se cumplieron dos promesas que había recibido del Gobierno. Por un lado, Caló había recibido señales de algún cambio en Ganancias. También le habían asegurado que intercederían en la negociación paritaria donde él reclama un aumento de 32% y las cámaras ofrecen 22%. Ninguna de las dos promesas se cumplió.
Para agitar más las aguas, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, dijo que los sindicalistas “son parte del problema en la Argentina”. Estas declaraciones enfurecieron tanto a los sindicalistas opositores como a los oficialistas, que en su mayoría se inclinan en favor de la candidatura presidencial de Daniel Scioli; la excepción es la Unión Ferroviaria, afín a Randazzo, y un grupo de gremios liderado por el taxista Omar Viviani, que juega con Sergio Urribarri.
Para moderar la interpretación política del llamado a huelga, Caló indicó en declaraciones radiales que no era una medida contra el Gobierno, sino contra las cámaras. Sin embargo, el anuncio de un paro sectorial se suma a la “libertad de acción” que ofreció para el paro del 31 de marzo pasado y los gestos en pos de la temida unidad. El dirigente había sido hasta ahora uno de los más reticentes a apurar la convergencia sindical, pero ahora manifestó su intención de avanzar en el camino que teme el Gobierno y propicia desde Roma el papa Francisco en cada encuentro con referentes gremiales.
Pese a los temores, desde las tres centrales cegetitas se indicó a este medio que será muy difícil apuntalar la unidad antes de las PASO.
Pero desde las CGT opositoras de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo se expresó “solidaridad” con los metalúrgicos en la reunión confederal que decidió postergar un nuevo paro.