El triunvirato de la CGT explicó, tras una reunión del comité ejecutivo, la posición oficial de la central obrera frente a la ambiciosa reforma laboral que presentó el Gobierno, al calor de la victoria electoral. Héctor Daer expresó el rechazo a las modificaciones a la Ley de Contratos de Trabajo, y explicó que ellos hasta el momento sólo han presentado observaciones en relación a los puntos que se venían discutiendo previo a la elección (blanqueo laboral, formación profesional y tecnologías médicas) pero aún no ofreció una respuesta en los puntos más espinosos del proyecto.
“No estamos de acuerdo con la reforma como fue presentada y haciendo hincapié en los cambios de la filosofía del derecho laboral”, explicó Daer. El titular del gremio de Sanidad luego observó que dentro del proyecto hay propuestas que son “totalmente inaceptables” y otras que “no”. Anticipó que mantendrán una línea de diálogo abierta con el Gobierno, que luego discutirán en el parlamento y que agotadas estas instancias evaluarán “acciones gremiales”.
Consultado sobre posibles medidas de fuerza, Juan Carlos Schmid recordó que la central ya realizó tres movilizaciones y un paro general. El gremialista indicó que si el Gobierno quiere buscar un consenso deberá realizar “importantes modificaciones”. También criticó la política económica del oficialismo, algo que reiteró luego Carlos Acuña al indicar que este Gobierno no “media entre los trabajadores y los empresarios” sino que siempre favorece al “ejecutivo”.
Sobre el final de la conferencia, Daer tuvo un entredicho con una periodista de Radio del Plata que criticó las medidas que se realizaban por ganancias durante gobiernos anteriores y preguntó por qué no había acciones equivalentes ante este proyecto de reforma. “Organícense muchachos, nosotros le hablamos a la ciudadanía”, dijo antes de retirarse.
El desafío de la conducción cegetista, que se mantiene unida a pesar de los augurios de ruptura que abundaron en los últimos meses, es preservar la cohesión interna, mientras se dividen las aguas entre quienes se acercan al kirchnerismo y aquellos que buscan un PJ más moderado que se divorcie definitivamente del liderazgo de la ex presidenta.
Las críticas al proyecto, algunas de ellas muy duras, no implican en modo alguno una ruptura con el oficialismo. La posición mayoritaria es mantener los canales de diálogo abiertos y negociar cambios en el proyecto que aún no fue presentado ante el Parlamento.
Descuentan que, como tantas otras veces ocurrió, el Gobierno estará dispuesto a moderar su propuesta y eliminar los artículos más espinosos del borrador que presentaron la semana posterior a la elección. El PJ ya avisó que adoptará como propia la posición de la central, algo que privará al Gobierno de la mayoría necesaria en el Congreso si no hay un acuerdo con la CGT.
Ausente por un viaje al Vaticano, Pablo Moyano lidera un sector duro que quiere ir al choque y potenciar los contactos con el kirchnerismo. Ayer la familia número uno del mundo sindical estuvo representada por Facundo Moyano y el secretario gremial de Camioneros, Omar Pérez. En la semana, decidió enviar desde el Vaticano. En un comunicado, indicó que durante el breve diálogo que mantuvo con Francisco, durante la audiencia de los miércoles, le dijo: "Vamos a luchar contra la reforma laboral”.