En reclamo de un plan antiinflacionario y en contra de la “especulación empresarial”, la CGT aceleró en los últimos días la organización de su marcha del 17 de agosto por las calles del centro de la Ciudad de Buenos Aires bajo nuevas condiciones: no llegará al Congreso, como estaba pautado desde un principio, no habrá oradores y, sobre todo, no tendrán lugar las críticas al Gobierno.
Será una movilización “light”, en donde van a fluir las críticas a los empresarios formadores de precios, a quienes los dirigentes gremiales consideran como principales responsables de las subas de valores que aquejan a la economía, y que comenzará en el Obelisco. Allí, según un dirigente de la central que pide reserva de su nombre ante PERFIL, los referentes cegetistas “moderados” se reunirán en un formato “burbuja”, separados de los dirigentes más combativos.
Luego, las distintas columnas de manifestantes recorrerán 9 de Julio para terminar en avenida de Mayo y Sáenz Peña, y no en el Parlamento como se estableció en un principio. En esa intersección, se va a leer un documento con las consignas del evento y, pese al pedido de la línea kirchnerista de la central, no existirán oradores.
Si bien evitan hablar de números, desde la Corriente Federal de los Trabajadores prometen “fuerte presencia” y hasta se suman voces que anticipan que el sindicato de los Moyano, Camioneros, realizará un cese de actividades para dotar de mayor fortaleza a la marcha. Los colectivos sociales con mayor afinidad al Frente de Todos también dirán presente, desde la UTEP hasta el Movimiento Evita, que comanda Emilio Pérsico, pasando por Somos Barrio de Pie, de Daniel Menéndez, estos dos últimos nombres con funciones en el Ministerio de Desarrollo Social.
Hay otro dato más del denominado 17A: las críticas a la Casa Rosada brillarán por su ausencia. Hoy pesan entre los dirigentes sindicales, de todos los sectores, grandes expectativas ante la gestión de Sergio Massa, con suma confianza en las medidas que pueda instrumentar para frenar la inflación,la principal preocupación de todos los caciques sindicales.
En ese sentido, Pablo Moyano, desde Roma, ciudad en la que visitó al papa Francisco y participó de un congreso internacional de transporte, se encargó de elogiar al actual titular de Hacienda, de quien dijo que “es el hombre indicado”, y cargó cuestionamientos contra los ejecutivos.
“Estamos convocando una gran movilización para el 17 de agosto. La marcha es para denunciar a aquellos especuladores y empresarios que buscan destituir al Gobierno con golpes de mercado, golpes mediáticos, golpes de la justicia y aumentando los precios de primera necesidad”, disparó.
Su compañero de la central obrera, Héctor Daer, tampoco se quedó atrás: en un plenario de su colectivo sindical, el gremio de Sanidad, adelantó que van a salir a las calles para pedir “responsabilidad a todos los actores políticos”, en pos de un plan anti inflacionario.
Transportistas no participarán
La marcha del 17A del principal colectivo sindical del país tiene su primera baja: la Unión General de Asociaciones Trabajadores del Transporte, un espacio alineado a Luis Barrionuevo, totalmente reacio a la familia Moyano, confirmó que no asistirá.
Ante PERFIL, desde el entorno de Omar Maturano, uno de los principales referentes de la organización, y líder de La Fraternidad, determinaron que la decisión no tiene marcha atrás y que si bien mantienen diálogo con la central Azopardo, creen que es momento de esperar el impacto de las medidas de Sergio Massa. “Nosotros somos la armonización entre el capital y el trabajo, no podemos marchar contra los ‘formadores de precios’. Esto nos lleva a una lucha de clases que no es propia de nuestro Movimiento Nacional Justicialista”, indicaron desde el sector, que se despegó del evento gremial.