Guillermo Moreno está más relajado. Por unos días abandonó los aprietes a empresarios y dirigentes agrarios, dejó de alardear con sus supuestas dimensiones genitales y se sumergió, obligado, en las cálidas aguas de Brasil.
Fue por orden directa del ex presidente Néstor Kirchner, que buscó bajarle el perfil en estas horas. Así se lo confirmaron a la Revistas Noticias tres fuentes con excelente llegada al ex presidente.
Justo cuando el conflicto entre el Gobierno y el campo llega a su punto más caliente en los casi 90 días de protesta, el polémico secretario de Comercio Interior pasó una semana de relax en Angra dos Reis, una pintoresca ciudad brasieña ubicada en el estado de Río de Janeiro, a 150 kilómetros de Brasilia.
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