Todo apunta a que marzo cerró con una inflación cercana al 6% y de confirmarse ese dato, habría alcanzado al 15% en el primer trimestre del año, con una suba del 20% en los alimentos.
Con estas proyecciones en las manos, los especialistas en el tema de medición del índice de pobreza coincidieron en que volverá por sobre el 40%, luego de haber terminado en el 37,7% en el segundo semestre del año pasado.
En medio de esto, el lunes pasado, el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, recibió a los dirigentes de Unidad Piquetera en una reunión de dos horas, en la que se logró consenso sobre dos de los cuatro puntos que plantearon.
El 51% de los niños viven en hogares donde no siempre comen todos los días
El Gobierno concedió aumentar la asistencia alimentaria a los comedores y fortalecer la entrega de máquinas, herramientas e insumos a unidades productivas que tienen estos grupos sociales. Pero se les negó el restablecimiento del plan Potenciar Trabajo a quienes arrojaron piedras contra el Congreso y nuevas altas al principal subsidio oficial a estos sectores.
Varios factores inciden para esta negativa, y uno de ellos es el compromiso del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no solo de bajar el déficit fiscal, sino también de “ordenar la política asistencial” porque no solo aumentan la cantidad de planes, sino que hay varios dados de manera superpuesta.
En medio de ese panorama, Martín González Rozada, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Di Tella, destacó que “esperaba un número parecido al del primer semestre de 2021 (49,6%), pero dio bastante mejor (373%) porque hubo un crecimiento grande de los ingresos totales en los hogares”.
Según Rozada, “este descenso de la pobreza tiene que ver con dos factores; uno con el crecimiento de ingreso monetario y el otro, puede ser que otra persona más esté aportando a ese hogar”.
En esta baja ¿pudo haber influido el llamado “plan platita” anunciado por Daniel Gollan?, le preguntaron desde CNN Radio, a lo cual Rozada respondió que “es difícil medir si influyó o no, pero me parece que en Gran Buenos Aires debe haber influido”. En esta línea, sostuvo que “el crecimiento de la tasa de empleo pudo haber contribuido a bajar la pobreza”.
También, indicó que es necesario que la baja de la pobreza sea sostenida en el tiempo y eso no se ve. “Febrero y marzo también vuelve a pegarse con la inflación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y eso va a provocar un efecto contrario a lo que sucedió entre el tercer y cuarto trimestre del año pasado”.
De manera coincidente, el economista Julián Cuenca, de Economía y Sociedad, planteó que “entre los factores que inciden en esta cifra a la baja (de pobreza), ayudó “la inyección importante de inversión pública en el contexto de la primavera electoral” del 2019.
“Lo mismo pasó en 2017, y en 2015, cuando hubo elecciones”, explicó Cuenca en declaraciones a PERFIL.
“Pero todos esos impulsos se han parado desde diciembre. Primero porque hay una restricción presupuestaria explícita, como el acordado con el Fondo Monetario Internacional, otro implícito, que es la falta de dólares para convalidar una expansión fiscal, y una tercera, y tal vez el mayor, la falta de creación de empleo genuino, de calidad, que saque a la gente de la pobreza”, aseguró el economista.
Si a todo esto “se le suma que la inflación subió 3,9% en enero, 4,7% en febrero, y ahora estimamos un 5,5% en marzo, seguramente volveremos a estar por encima del 40%”, agregó Cuenca.
Ayudar a los más necesitados. La decisión del Gobierno de otorgar un bono de $ 6 mil a los jubilados que cobran la mínima es un paliativo a uno de los dos sectores más vulnerable. El otro son los niños recién nacidos y hasta 17 años.
Los jubilados recibieron un aumento del 12%, y si se consolida una inflación del 6% en marzo, en el primer trimestre habrán quedado 3 puntos por debajo de la suba de precios acumulada, y de ahí la necesidad de este “refuerzo” hasta que, en mayo, se les vuelvan a ajustar los haberes.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el segundo semestre del año pasado el 13% de los mayores de 65 años, que se entiende ya deberían estar jubilados, estaba en situación de pobreza.
El 13% de los mayores de 65 que deberían jubilarse son pobres, según los datos oficiales
La cifra es más acuciante entre los recién nacidos y los 17 años, donde el nivel de pobreza llegó al 51% y el de indigencia, entendida esta como la gente que es pobre pero cuyos ingresos no le alcanzan ni siquiera para comer, ascendió a 12,6%.
El caso Corrientes: cuando bajar la pobreza no es una buena noticia. El gobernador de Corrientes, el radical Gustavo Valdés, puso en duda las cifras de pobreza que el Indec midió en su provincia, y que arrojaron una baja de 43 a 27,3% entre el primero y el segundo semestre de 2021.
Para Valdés, la caída de 15 puntos de la pobreza en el último semestre es “un error censal o muestral” y dijo que la cifra real rondaría el 41% de la población, por encima de la media nacional.
“Yo no creo en esos números, puede haber un error”, dijo tajante el gobernador en una entrevista con Radio Sudamericana. Y también cuestionó que el Indec haya ubicado en un ínfimo 2% la desocupación en la capital correntina.
Ante estas afirmaciones, el director del Indec, Marco Lavagna, dispuso que se realice una auditoría de los procedimientos para realizar estos índices en esa provincia, aseguraron fuentes del organismo a PERFIL.
