El alegato final del fiscal Diego Luciani con pedido de 12 años de prisión para la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue un sismo en el centro de la grieta política que divide a la Argentina desde hace años.
Mirá el video.
El barrio porteño de Recoleta, uno de los emblemas de la aristocracia argentina y donde vive la ex presidenta se convirtió en lugar a conquistar por la militancia K a costas y a pesar de los inconvenientes ciudadanos.
La esquina de Juncal y Uruguay fue desde el martes pasado el lugar donde grupos de apoyo fueron pasándose la posta para que su líder sintiera el apoyo popular frente a lo que considera una injusticia de la Justicia, que la juzga por ser la jefa de una asociación ilícita de desvío de dinero de la obra pública desde el Estado, que condujo durante 12 años.
La militancia copó las veredas, tiró fuegos artificiales e hizo choripaneadas en la cara de los vecinos recoletos, alterando la vida cotidiana de todos. El clímax fue alcanzado el sábado, cuando los cristinistas vieron asomar las vallas y los uniformes de la policía de la Ciudad de Buenos Aires.
Allí comenzó un ida y vuelta de tweets, gritos, opiniones y empujones en las calles y las redes sociales para defender la gesta popular y los derechos de los vecinos, respectivamente.
El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, fue el centro de una conferencia de prensa donde explicó por qué había enviado a la policía a vallar y organizar la vigilia K - que incluyó tanques hidrantes y forcejeos.
La síntesis de cómo se profundiza una grieta que parece estar en una espiral sin fin mirala en el video.