La Conferencia Episcopal Argentina, que preside el cardenal Jorge Bergoglio, pidió hoy una "gran transparencia" para el próximo acto eleccionario y exhortó a "alejar las prácticas demagógicas y las presiones indebidas como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan su profundo significado y degradan la cultura cívica".
El plenario de obispos también exigió políticas de Estado porque advirtió que " una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía sino, sobre todo, cuando madura en su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos".
La Iglesia dio a conocer un documento bajo el título Exhortación sobre el compromiso ciudadano y las próximas elecciones, tras las deliberaciones de la 93º Asamblea Plenaria del Episcopado, que sesionó desde el lunes en la Casa de Ejercicios del Cenáculo-La Montonera, de Pilar.
Las máximas autoridades de la Iglesia católica afirmaron que son "conscientes de los pasos dados para superar la crisis en la que habíamos caído. Sin embargo -aclara el documento-, no podemos dejar de atender a la profundidad de la misma. Esta, si bien tuvo consecuencias económicas y sociales muy graves, viene de vieja data y tiene sus profundas raíces en el individualismo y en el relativismo que distorsionan la concepción de la vida humana y de la convivencia".
La Iglesia enfatiza que "de allí la necesidad urgente que todos los argentinos y, especialmente los cristianos, descubramos mejor nuestra vocación por el bien común, y así nos convirtamos 'de habitantes en ciudadanos', corresponsables de la vida social y política, a lo que nos ayuda el conocimiento y la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia".
En referencia a las elecciones, los obispos de la Conferencia Episcopal consideraron que "este año, marcado de manera particular por las elecciones, es una ocasión propicia para que hagamos un examen serio de nuestro comportamiento social".
También para que "analicemos cómo es el cumplimiento de nuestros deberes y la exigencia de nuestros derechos, sea como simples ciudadanos, sea como autoridades llamadas a ejercer la función para la que son elegidas".
"El acto eleccionario requiere el conocimiento de las propuestas y el pleno ejercicio de la libertad del ciudadano. Esto compromete al que se postula, quien debe definir claramente su programa de acción política, y al que debe votar, a informarse debidamente de la probidad de los candidatos y de la dimensión ética de sus propuestas", evalúan.
En el texto se sostiene, además, que "es obligación del ciudadano controlar la gestión del gobernante".
La declaración de la Iglesia plantea "algunos desafíos a tener presentes", como "la vida" que "es un don de Dios y el primero de los derechos humanos que debemos respetar. Corresponde que la preservemos desde el momento de la concepción y cuidemos su existencia y dignidad hasta su fin natural".
El documento aborda también "la inclusión", un tema sobre el que señala que se debe " priorizar medidas que garanticen y aceleren la inclusión de todos los ciudadanos".
"La pobreza y la inequidad, no obstante el crecimiento económico y los esfuerzos realizados, siguen siendo problemas fundamentales. Toda gestión social, política y económica debe estar orientada al logro de una mayor equidad, que permita a todos la participación en los bienes espirituales, culturales y materiales", afirma.
En el texto también se analiza "el federalismo", aspecto sobre el que dice que hay "promover el verdadero federalismo, que supone el fortalecimiento institucional de las Provincias, con su necesaria y justa autonomía respecto del poder central".
"Los poderes del Estado se ennoblecen cuando consolidan la estructura federal y republicana del País", subraya la declaración.
En cuanto a las "políticas del Estado", indica la declaración de la Iglesia que "la experiencia nos ha enseñado que una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino sobre todo cuando madura en su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado, que orienten hacia un proyecto común de Nación. Este sigue siendo un fuerte desafío para nuestra democracia".
La declaración evalúa también que el " país sufre todavía fragmentación y enfrentamientos, que se manifiestan tanto en la impunidad, como en desencuentros y resentimientos".
"Nos queda pendiente la deuda de la reconciliación. En este sentido, el Papa nos recuerda que 'las condiciones para establecer una paz verdadera son la restauración de la Justicia, la reconciliación y el perdón", apunta.
Por último, los obispos sostienen que el "más vivo deseo es que el período de conmemoración del bicentenario, que celebraremos entre el 2010 y el 2016, nos encuentre fortalecidos en un espíritu común, donde la reconciliación de los argentinos genere finalmente un ambiente de verdadera paz y amistad social".
Fuente: Télam y DyN