La presidenta Cristina Fernández puso hoy en una situación incómoda al obispo de San Isidro y titular de Cáritas Argentina, monseñor Oscar Ojea, al hacer una referencia a la Ley de Identidad de Género en el acto en el que firmó con esa entidad de la Iglesia Católica un convenio para construir viviendas sociales.
"Menos mal monseñor que no vino ayer porque me excomulgaba", dijo la Presidenta dirigiéndose al prelado y al recordar que en ese mismo salón de actos de la Casa Rosada entregó DNI a personas que optaron por su orientación sexual.
En tanto, el rostro de monseñor Ojea se desdibujó, y comenzó a moverse en su silla como no encontrando lugar. La primera mandataria siguió refiriéndose al tema al destacar que "fue un hermosísimo acto por la igualdad" e intentó componer la situación, diciendo: "Dios, estoy segura, Dios los quiere a todos". "Si hay vida es porque Dios quiere que haya vida, si pasan cosas es porque Dios quiere que pasen esas cosas. Dios bendice a todos, hasta a quienes lo maldicen", expresó.
Ojea seguía en su silla, pero ya no sonreía como cuando la Presidenta destacó la labor de Cáritas como "organizador social".