Argentina va a las urnas con una inflación que, según estudios privados, acumula un 815% en los últimos cuatro años, con cuatro de cada diez de sus habitantes en la pobreza. La inflación mensual de dos dígitos, la mayor en 32 años, es la principal impulsora de este último indicador en el que, además, los más afectados son los niños: para ellos la pobreza alcanza a seis de cada diez. PERFIL relevó los principales indicadores que pintan el panorama económico del país, y los mayores desafíos para el próximo presidente.
Durante el año, la inflación interanual creció, hasta ahora y según el Indec, un 138,3% hasta septiembre. En alimentos, este indicador asciende al 150,1% y, de acuerdo con estudios de consultoras privadas, difícilmente la situación cambie en octubre. Según el último informe de la Fundación Libertad y Progreso, las primeras dos semanas de este mes acumularon una inflación del 9,6%, con lo que proyectan un rango de inflación de entre un 12,1% y un 13,2%. Sin embargo, estiman, podría escalar al 15% dependiendo de lo que suceda a partir del lunes 23. Así, “la inflación encadena su tercer mes consecutivo con subas de dos dígitos, una racha que no se observaba desde el trimestre enero-marzo de 1991, previo a la implementación del programa de convertibilidad”, señalaron. La variación interanual, en tanto, sería del 152%.
Debido a la inflación que se acumula, el Gobierno se vio obligado a subir por sexta vez en el año las tasas de interés nominal, que ahora se ubican en el 133%, y son las más altas del mundo después de las de Zimbabue. Sin embargo, el número sigue debajo de la inflación interanual, por lo que los consumidores que aún cuentan con ahorros se volcaron al dólar u otras opciones para resguardar el valor de los pesos.
En los días previos a las PASO, la divisa estadounidense que se vende en el mercado paralelo creció hasta superar la barrera de los $ 1.000, aunque luego empezó a bajar. Según Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso, “la gran desconfianza que tenemos en nuestra moneda genera incentivos a que nos deshagamos lo más rápido posible de nuestras tenencias en pesos, lo cual provoca un aumento de la inflación incluso en el caso de que no haya emisión de dinero”. Tal como señaló PERFIL, la desconfianza sobre el valor del peso y la incertidumbre electoral impulsaron a los pequeños ahorristas a tratar de comprar dólares o a stockear alimentos, que ya anticipan subas a partir del lunes.
Pero la pérdida del poder adquisitivo del peso no afectó solamente a los pequeños ahorristas. Según las últimas cifras del Indec, casi 12 millones de personas son pobres y más de 2,7 millones se encuentran bajo la línea de indigencia. Estos números se reflejan también en el aumento de la concurrencia a comedores de personas que tienen empleo, la falta de acceso a la educación, el trabajo infantil y la baja en la demanda de salud privada.
Tener trabajo formal no es garantía para poder solventar los gastos mínimos de una casa. En septiembre, una familia tipo necesitó al menos $ 319.422 para cubrirlos, lo que implicó una variación del 149,1% interanual. Y si bien la desocupación alcanzó el 6,2%, los trabajadores ocupados en la economía informal tuvieron un crecimiento de sus salarios del 89,5% interanual, mientras los trabajadores del sector privado registrado ascendieron al 120,7%, según los datos difundidos por el Indec en septiembre.
En las últimas dos elecciones, de 2015 y 2019, Argentina llegó a las urnas con inflaciones mensuales del 1,1% y 3,3%; un dólar que se ubicaba en $ 16,05 y $ 75,75, y un índice de pobreza del 30,1% y 35,5%, respectivamente.
