Con el respaldo de 10 bloques opositores, el último 5 de julio se aprobó en la Cámara de Diputados una moción para que el próximo 23 de agosto, diez días después de las PASO, se retome la discusión sobre la Ley de Alquileres.
Según comentaron a PERFIL fuentes parlamentarias, esta mañana hubo un encuentro virtual entre los jefes de los bloques de JxC más los referentes de Córdoba Federal y de Juntos Somos Río Negro. Allí se plantearon algunas cuestiones preliminares y mañana se volverán a reunir para definir la estrategia hacia la sesión que, en principio, sería a las 12 del próximo miércoles.
El escenario en el Congreso no es el mismo al que hace menos de dos meses, sobre todo para Juntos por el Cambio que fue el que impulsó de manera mayoritaria la moción para salir de la encrucijada que viene pesando sobre el Congreso hace ya más de un año.
“Se planteó una moción que para que el 23 de agosto se convoque a una sesión para tratar los proyectos que modifican y/o derogan la ley. El kirchnerismo ‘cajonea’ este tema en cada sesión desde hace un año. La situación se agravó para inquilinos y propietarios”, había dicho el jefe del bloque de la UCR, Mario Negri en ese entonces, pero el pedido formal todavía no fue cursado.
Según contaron a PERFIL fuentes opositoras, no resulta muy tentador para Juntos por el Cambio trabajar para reunir el quórum y limitarse a tratar los dos dictámenes, tanto del oficialismo como de la oposición, sin tener en cuenta las demandas de derogación que vienen ganando espacio en los últimos meses.
Para que esto suceda, se debería tratar un texto de derogación en la Comisión de Legislación General de manera tal de obtener dictamen positivo y luego llevarlo al recinto. La otra alternativa que sugieren algunos legisladores es constituir la Cámara en comisión el mismo día de la sesión y tratar de manera directa el tema, un objetivo aún más difícil de cumplir porque no hay número suficiente para dicha alternativa.
La intención entonces es reunir los 129 necesarios para el quórum y además intentar rechazar la moción del oficialismo, luego vendrá el reto de tener los votos propios para aprobar el dictamen de minoría u otra alternativa. En el caso de que no se logre esa segunda parte se sometería a consideración algún proyecto de derogación, que requeriría dos tercios, con la idea de dar el mensaje de que no se logró el número por la negativa del kirchnerismo.
Desde aquel debate en comisión a mediados de 2022 se sumaron otras variables como la propuesta de parte de sectores del oficialismo para gravar las viviendas ociosas y algunas soluciones ligadas a la regulación de los alquileres temporarios en dólares, en un contexto de inflación descontrolada que perjudican a la oferta para vivienda permanente.
"Hay que ver qué dice Bullrich", admiten en el interbloque de Juntos por el Cambio. Ya hubo una primera conversación entre los jefes de los bloques, Cristian Ritondo, Mario Negri y Juan Manuel López y ahora es Hernán Lombardi quien también está fogoneando la estrategia.
Bullrich reconoció ayer en declaraciones periodísticas que el gobierno de Mauricio Macri "le dio" al entonces diputado Sergio Massa la ley de alquileres "para que nos vote otras leyes", y mencionó que ni ella ni otros funcionarios del gabinete estaban de acuerdo con esa negociación.
"¿Por qué sigue esa ley de alquileres?. Es un ejemplo clarito que un acuerdo de la política puede ser opuesto a la gente", lanzó la candidata presidencial.
En el PRO ya comenzó el poroteo interno para sumar voluntades y en el chat interno ya se dieron muestras de acompañamiento de la mayoría de los legisladores, aunque habría que garantizar el respaldo de otras fuerzas menores para llegar a 129. La izquierda ya avisó que no será de la partida.
Por su parte, el Frente de Todos no acompañó en aquel momento el pedido de sesión para este 23 de agosto y en varias oportunidades se manifestó conforme con la posibilidad de mantener la ley vigente, en términos formales. Sin embargo, en el Gobierno nacional lo reconocen como un tema a resolver en el contexto de crisis económica. Leandro Santoro, candidato a jefe de Gobierno porteño, utilizó el asunto en el marco de sus propuestas de campaña, por ejemplo.
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