La papa aumentó un 24,7% en junio y siguió subiendo en julio. Productores consultados por PERFIL advirtieron que, producto de la sequía, esos precios seguirán en alza, y que muy posiblemente entre octubre y noviembre la producción no alcance para abastecer la demanda.
El producto fue el que más aumentó en el rubro Alimentos, y julio se vaticina con la misma tendencia. Este mes, la Secretaría de Comercio renovó la canasta de Precios Justos para frutas y verduras con un incremento del 39,1% en la papa respecto de junio.
Mediante un comunicado, la Unión Frutihortícola Argentina (UFHA) manifestó su preocupación. “La escasez de lluvias y la falta de agua han dejado una marcada huella en la producción de papas, afectando tanto la calidad como la cantidad de los cultivos”, señalaron.
Según le comentó a PERFIL Omar Carrasco, presidente de UFHA, “la producción de papa está en merma”, y los rindes están muy bajos. “Una hectárea antes daba 1.800 bolsas de papa y hoy está en 800, mil bolsas”. Carrasco agregó que a eso se le suman la pérdida en la calidad y la reducción del tamaño del producto, y explicó que eso tiene que ver con la falta de agua. “Lo que se prevé es que en octubre o noviembre la situación sea más crítica”, agregó. El comunicado advierte también que la situación no es nueva. “Durante los últimos ocho años, el sector de la papa ha enfrentado una decadencia en la producción”, algo que, destacan, “también ha influido en el precio de la papa”.
Por el aumento de los costos, que se manejan en dólares, “muchos productores abandonaron la producción y se dedicaron a otra cosa”, detalló Carrasco. “También hay otros que han plantado la mitad: de mil hectáreas, 500; y de 100, 50”, explicó.
Para Juan Manuel Ferreiro, presidente del Centro de Productores de Papa de Tandil, más allá de la sequía y el aumento en los costos, las mayores dificultades están en conseguir los campos adecuados y las semillas. “No hay la misma cantidad de semillas del año pasado”, aseguró. Eso obliga a muchos productores a buscar alternativas que pueden afectar la producción, ya que es un producto muy sensible. “Son cultivos que necesitan tierras con cuatro o cinco años de rotación”, agregó Ferreiro.
“Según la perspectiva de los productores de la zona este, no es un año malo”, o no peor que el año pasado, comentó el representante de los productores tandilenses.
“La papa venía sufriendo hace unos diez años una merma por condiciones climáticas y por la comercialización”, algo que hizo que “muchos se bajaran de la producción”.
Según el documento difundido por UFHA, “los expertos en la materia temen que la situación se agrave aún más durante los próximos meses”. Por los efectos de la sequía y los menores rendimientos, esperan “un impacto significativo en el suministro de papas”, concluyeron.
“Si entra menos cantidad de papas, la mercadería sube”, sintetizó Carrasco. “En este momento en Córdoba, parte de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza se está padeciendo esta situación”.
Según los últimos datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en mayo los precios entre origen y destino de la papa se multiplicaron 2,5 veces, algo que se debe “a la disminución de la oferta”, ya que “en las zonas productoras del sudeste bonaerense hubo fuertes lluvias que impidieron cosechar”.
De acuerdo con las cifras del Indec, el kilo de papa costaba en junio, en promedio, $ 313,80. Según un relevamiento de PERFIL, en julio los precios en supermercados arrancan en los $ 499, y, si se consiguen Precios Justos, en $ 249.
Juan Martínez es productor hortícola en Mendoza y advirtió que, en los próximos meses, y a la espera de la nueva producción en octubre, los precios van a seguir subiendo. “La gente debería inclinarse al zapallo, que está más barato y reemplazar la papa, recomendó.
El incremento tiene que ver con un “combo de sequía, heladas e inflación”, agregó el productor.