La presidenta Cristina Fernández de Kirchner estará un mes en reposo porque le detectaron una “colección subdural crónica”, según lo informó anoche el vocero de la Casa Rosada, Alfredo Scoccimarro.
La noticia generó sorpresa y conmoción en el ámbito político, tras una jornada en que el gobierno había mantenido silencio sobre la salud presidencial.
La colección subdural es la acumulación de sangre en la capa externa del cerebro, que se produce como consecuencia de un golpe. Ayer, Scoccimarro reveló que ese golpe se produjo el 12 de agosto, un día después de las elecciones primarias. Fuentes médicas explicaron que habría sido producto de una lipotimia. Scoccimarro dijo que, ese día, Cristina Kirchner sufrió “un traumatismo de cráneo por el cual se le realizó en el sanatorio Otamendi una tomografía computada de cerebro, resultando la misma normal”, explicó el funcionario. Hasta ahora, aquella lesión se había mantenido en secreto.
La Presidenta sufre de hipotensión, lo que deriva, a veces, en lipotimias. Por ello debió cancelar actividades oficiales y viajes en varias ocasiones.
La jefa de Estado fue internada ayer en la Fundación Favaloro. Ingresó para que se le evalúe una arritmia, pero al quejarse de una cefalea la sometieron a un estudio neurológico que arrojó ese diagnóstico. La información oficial es que deberá estar bajo una observación estricta. El reposo dependerá de la evolución del padecimiento.
El equipo médico que la atendió estuvo encabezado por Facundo Manes, quien se especializa en la neurobiología de los procesos mentales. Actualmente es director del Instituto de Neurología Cognitiva y del de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Con un alto perfil mediático, fue docente de la UBA y la UCA y hoy es profesor de Neurologia y Neurociencias Cognitivas de la Facultad de Medicina y de Psicología de la Universidad Favaloro
Fuentes médicas explicaron que, si bien le habían recomendado que se quedara en la Fundación Favaloro hasta las 7 de hoy, ella se retiró anoche a las 21. Las mismas fuentes informaron que lo que le practicaron una resonancia magnética del cerebro. Y que la “colección subdural” produce un fuerte dolor de cabeza.
La Presidenta había estado el día anterior a su internación en la inauguración del hospital Alberto Balestrini en La Matanza, y se la había visto en buenas condiciones.
Además de la tomografía computada que se le hizo el 12 de agosto, Cristina fue al sanatorio Otamendi el 24 de agosto, para hacerse, según dijeron sus médicos aquella vez, un chequeo de rutina por la ausencia de la glándula tiroides, que le fue extirpada en una operación en enero de 2012. También le hicieron allí estudios ginecológicos.
Desde el Gobierno intentaron durante el día minimizar la internación de la Presidenta en la Fundación Favaloro. Decían que era un estudio de rutina y que no había alarma por la salud de la jefa de Estado. Pero con el correr de las horas fue ron apareciendo otras informaciones.
Máximo Kirchner y su mujer, Rocío García, volaron de urgencia desde Río Gallegos para visitar a Cristina, que estaba alojada en la habitación 911, en el piso 9 de la Fundación. También asistió su hija Florencia.
Varios funcionarios se sorprendieron por la noticia porque hablaron, en reiteradas oportunidades, con ella. Llamó a Alicia Kirchner, Diego Bossio y tuvo contacto con el operativo policial realizado en Río Gallegos, que tuvo a su cargo Sergio Berni.
Al vicepresidente Amado Boudou le ordenaron que adelantara su regreso de Brasil, en donde estaba participando de un encuentro de vicepresidentes. Aterrizó anoche pasadas las 23 en el aeropuerto de Ezeiza. Una versión indica que quedará a cargo de la presidencia mientras dure el reposo de la jefa de Estado.
Anoche, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, convocó a los abogados que asesoran al Gobierno para analizar en la quinta de Olivos los términos de la licencia que pedirá la Presidenta. Según fuentes gubernamentales, la licencia podría extenderse más allá de lo indicado por Scocimarro. Y el mes se podría transformar en dos. De esa forma, la Presidenta atravesaría la próxima elección legislativa cumpliendo reposo.
El origen de los problemas
Un hematoma o colección subdural ocurre cuando se acumula sangre debajo de la capa externa del cerebro, llamada duramadre. La sangre proviene de pequeñas venas que se han roto. Como explica el neurólogo Conrado Estol, la causa más común es un traumatismo, un golpe. “La sangre puede acumularse en forma aguda o crónica; esto significa en forma repentina o a lo largo de varios días”, sostuvo. Los síntomas más comunes son dolor de cabeza, debilidad en los brazos o en las piernas, falta de equilibrio o convulsiones. Los tratamientos incluyen desde medicamentos para reducir el edema hasta anticonvulsionantes. En el casos menos graves, haciendo reposo los hematomas se reabsorben y desaparecen espontáneamente. Pero, en los casos más graves, cuando la sangre se filtra en las venas formando una bolsa que sobresale y hace presión sobre el cerebro, un neurocirujano puede realizar una craneotomía para drenar el hematoma.