En medio de denuncias por la entrega de dádivas a los electores, La Rioja elegirá hoy a su nuevo gobernador, en una jornada que se auspicia con una paridad inusitada.
En la última elección, en 2013, el oficialismo y la oposición terminaron prácticamente empatados, aunque con denuncias de fraude.
Para una elección de gobernador nunca se llegó con un escenario tan cerrado, donde desde ambos sectores aseguran estar arriba en las encuestas.
El FpV busca mantener el poder de la mano de Sergio Casas, actual vicegobernador, que buscará suceder a Luis Beder Herrera, quien no puede ir por una nueva reelección. El radical Julio Martínez, en tanto, lidera la Fuerza Cívica Riojana, un frente liderado por la UCR en el que confluyen también el massismo y el PRO.
El candidato a vice es Ismael Bordagaray, intendente de Famatina y alineado con Sergio Massa. Ayer, tanto desde la ONG Transparencia Electoral como del Observatorio Electoral de la Universidad Nacional de La Plata se quejaban de que la Justicia local no los dejaba inscribirse como veedores, lo que generó mayores suspicacias. Incluso el obispo riojano, monseñor Marcelo Colombo, salió a pedir que los votos sean “custodiados hasta el recuento final”. Desde la oposición se entusiasman con la posibilidad de quebrar 32 años de un mismo color político.