“Hay que tener temple en los cierres de listas”.
Horacio Rodríguez Larreta no perdió nunca el buen humor ni la tranquilidad. Aún cuando Patricia Bullrich y Jorge Macri insistían en ir a una PASO con sus candidatos. Tampoco cuando fue a reunirse en varias oportunidades con Mauricio Macri para que lo apoye en su cruzada porque María Eugenia Vidal sea la cabeza de la lista porteña y Diego Santilli de la Provincia.
Menos aún cuando se reunió con Daniel “el Tano” Angelici, ni con el titular de la UCR, Alfredo Cornejo (ambos en el bar Tabac a metros del departamento donde vive). También hubo tiempo para cenas, almuerzos y café con intendentes del Conurbano.
En todos los casos, el jefe de Gobierno abandonó su habitual rol de gestor para transformarse en un articulador político. Sin delegar la “rosca”, se transformó en un actor político y, de manera personal, se ocupó uno por uno de ir acomodando a todos sus aliados en las boletas. Todo pensando en su proyecto presidencial. Aunque cree que no hay 2021 sin 2023, este año los liderazgos dentro de Juntos por el Cambio comenzaron a jugarse.
Por ello, en las últimas tres semanas su agenda política se llenó como nunca: reuniones en el tercer piso de Uspallata, la sede gubernamental en Parque Patricios, en cafés de avenida Libertador (Tabac y Dandy) o cenas en clubes de barrio con intendentes. En todos los casos con una máxima: instalar las candidaturas de Vidal en la Ciudad y de Santilli en la Provincia y, de ser posible, que encabecen boletas de unidad.
Con Bullrich fue complicado. La presidenta del PRO recibió a Fernando Straface, el secretario general porteño, hombre de máxima confianza de Larreta y jefe de la campaña de la Ciudad, con cara adusta en el primer encuentro en la sede nacional del PRO. Luego se ocupó Larreta de manera directa de avanzar con el diálogo.
Tras una serie de reuniones, finalmente decidió no enfrentar al jefe de Gobierno, pero tuvo un acuerdo para colocar a Fernando Iglesias en el cuarto lugar de la boleta de diputados nacionales y luego propuso a Sabrina Ajmechet en séptimo. También, dos lugares en la lista de legisladores porteños así como lugares para Gerardo Milman, su jefe de gabinete en Seguridad, y Florencia Retamoso, como diputada provincial. Ahora, Vidal planea hacer campaña con Bullrich, quien además tiene pensado recorrer el país.
En Provincia. Con todo, la negociación con el intendente de Vicente López fue más intensa aún. Llevó varias cumbres entre ambos hasta que finalmente decidió bajar su boleta y apoyar a Santilli. Logró colocar a una diputada nacional y un par de lugares en las listas provinciales. Fue clave la intervención de Néstor Grindetti, el intendente de Lanús, quien también trabajó en sumarlo.
Antes de ello, en 2020, y parte de este año, fue juntando voluntades, uno a uno, a los principales intendentes del PRO bonaerense. Salvo un pequeño grupo del Interior, se fueron embarcando en la idea de llevar al “Colorado”. Pero con una zanahoria mayor: un proyecto presidencial.
Con Macri también hubo un ida y vuelta fuerte. El ex presidente no quería que Vidal salga de la Provincia. Aunque, tras una reunión a solas con Santilli en su casa de Acassu-so antes de viajar a Europa, aceptó el pase del vicejefe a territorio bonaerense.
Con todo, el jefe comunal viajó varias veces a Exaltación de la Cruz a ver Elisa Carrió. Fue difícil convencer a “Lilita” para que deponga su intención de ser candidata en Provincia. La chaqueña siempre buscó que haya una lista de unidad. Pero ganó: se llevó tres candidatos en Provincia y dos en Ciudad a la Cámara Baja, más dos legisladoras provinciales.
A Martín Lousteau lo tiene como socio: le abrió la boleta nacional, la porteña y sentó en la mesa de campaña que conduce Straface al diputado Emiliano Yacobitti, hombre clave para el senador. Sin embargo, Lousteau se quedó con un sabor amargo: si Vidal hace una buena elección automáticamente los ojos se depositarán naturalmente en ella pensando en la sucesión de la Ciudad.
Con Graciela Ocaña tiene una relación estratégica: le dio dos lugares en la boleta de legisladores porteños y el jefe del bloque en la Legislatura porteña es el abogado de la “hormiguita” Diego García Vilas.
En su auto, camino de un lugar a otro, en una corrida por el norte de la Ciudad a las 6 de la mañana o en una cena reservada, Larreta siempre dejó trascender a sus interlocutores la idea de llevar a sus dos personas de confianza como candidatos en Ciudad y Provincia. “Es un proyecto colectivo”, suele repetir “el Colorado” cuando es consultado sobre el 2023. El proyecto Larreta presidente. Con Vidal acordó que ella muestre su deseo de llegar a la Casa Rosada. El binomio con la ex gobernadora es más fuerte que una candidatura. Son más que amigos. “Somos lo mismo”, siguen repitiendo.
Larreta pasa por un gran momento personal: se lo ve aliviado, en lo político. Logró colocar a sus candidatos. Ahora se vienen las PASO y las elecciones generales, dos estaciones que validarán, o no, su liderazgo en Juntos por el Cambio.