Ante el vendaval que supuso el resultado de las PASO, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, activó una estrategia territorial con despliegue de militancia en todas las comunas y dividió la Ciudad en tres con el objetivo de evitar el ballottage.
Esta semana el trabajo territorial comenzó: en la sede de Uspallata del Gobierno porteño cuentan que alcanzaron las 850 mesas. Ya sin globos como estética proselitista – alguna vez hasta había un presupuesto para helio -, acaso por la crisis económica, se pueden ver militantes en esquinas de
todos los barrios bajo la consigna “Sigamos juntos” repartiendo flyers de la dupla Larreta-Santilli. “Nos relajamos para las PASO”, admiten cerca del jefe comunal.
En este marco, la campaña porteña de Juntos por el Cambio dividió la Capital Federal en tres zonas, en las que hay estrategias diferenciadas.
En la zona norte se detectó que fue donde menos gente fue a votar. Allí, en las comunas 2 (Recoleta), 13 (Belgrano, Nuñez) y 14 (Palermo) es donde aún creen en el larretismo que se puede mejorar un par de puntos más, a pesar de la holgada victoria en las PASO.
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En la zona centro, por Avenida Rivadavia, el mensaje tendrá mucho que ver con la coalición que armó Larreta con Martín Lousteau y la UCR; también con Elisa Carrió y la CC, y hasta con Graciela Ocaña. La hormiguita está feliz: colocó como primer candidato a legislador porteño a Diego García de García Vilas, un abogado laboralista de origen peronista que disfruta de la campaña desde el último piso del edificio Mirabilia en pleno Palermo, mientras terminan de arreglar su departamento, varios pisos abajo.
Sobre las comunas 4, 8 y 9, en el sur de la Ciudad, Larreta habilitó a un trabajo territorial clásico que incluye hasta el corte de boleta. “En el sur hagan lo que sea. (Fernando) Espinoza se tiene que sorprender”, llegó a escucharse en una de las reuniones, en referencia al candidato a intendente de La Matanza, quien sacó 45 puntos de ventaja en las PASO. La mesa política del sur la encabeza Santilli y en el chat de Whatsapp son todos peronistas que hasta bromean con pedidos de “oxígeno” cuando hablan del fondeo de la campaña.
También se lanzará una campaña para que los adultos mayores vayan a votar, acompañados de sus hijos o sus nietos, con un segmento que siempre tuvo en su mente Larreta desde sus años en Anses y Pami.
La jefatura de la campaña está en manos de Eduardo Macchiavelli (ministro de Espacio Público de licencia), el área de comunicación y estrategia con Karina Fernández (quien volvió a la primera línea de batalla en esta elección) y el trabajo político con Santilli y los aliados radicales, lilitos y hasta el socialista Roy Cortina. En el día a día de la gestión quedó el jefe de gabinete porteño, Felipe Miguel, quien trabaja con Larreta desde hace seis años.
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“De a poco se empieza a ver un clima electoral. Eso nos va a ayudar: si mejoramos un poco la elección de las PASO ganamos en primera vuelta”, le explica a PERFIL uno de los funcionarios más cercanos al jefe de Gobierno porteño. Pero con una variante: “Necesitamos que también mejore Macri”, agrega. Y concluye: “Lavagna tiende a bajar y ahí es donde tenemos una chance de que crezca el presidente y, por ende, nosotros también”.
Según fuentes larretistas, la primera parte de la campaña se dio con la presentación de candidatos y haciendo énfasis en “lo que se hizo” en la Ciudad. En los próximos días vendrá la etapa de propuestas y finalmente la del pedido de voto.
Entre las propuestas, el jefe de Gobierno hablará de la eliminación de las vías del FFCC Sarmiento, la reforma educativa y la ampliación del sistema de seguridad con video vigilancia (se pasará de 10 mil a 20 mil cámaras para 2023) y mayor presencia policial. También habrá propuestas segmentadas por comuna: el primer metro cuadrado, desde las baldosas nuevas a la mejora del espacio público en general. Mientras tanto, empezaron a pulular esta semana por Parque Patricios remeras negras similares a las que usa el jefe comunal bajo la consigna "La remera de Larreta". De hecho, la primera tanda, que empezaron a usar los ministros porteños en la reunión de gabinete del miércoles, se agotaron rápidamente pero mucho se quedaron sin su ejemplar: la fábrica de Once que las confeccionó no alcanzó a hacer las XXL que necesitan muchos.
Con todo, el fantasma del ballottage no desapareció de los larretistas: la ola “albertista” podría beneficiar a Matías Lammens, quien esta semana lanzará una serie de propuestas. Entre ellas, la creación de una oficina anticorrupción porteña, la construcción de una nueva línea de subte que se suma la propuesta para crear una Agencia de Ciencia y Técnica que lanzó hace varios días atrás.
ES EA
