Pasaron nada menos que 24 días desde que Fernando Pomar (40), su esposa, Gabriela Viagrán (37), y sus hijas Candelaria (6) y Pilar (3) fueron vistos por última vez el 14 de noviembre pasado cuando salieron en un Fiat Duna Weekend color rojo desde su casa de la localidad bonaerense de José Mármol (partido de Almirante Brown) para dirigirse a Pergamino, donde viven los padres del matrimonio.
Durante veinticuatro días se tejieron las más variadas conjeturas acerca de su paradero que finalmente se desvanecieron cuando el martes 8 diciembre los cuerpos sin vida de la familia aparecieron en un monte en una curva de la ruta 31 y a sólo 40 kilómetros de la ciudad de Pergamino ciudad a la que se dirigían.
1) La primera gran duda que genera este hallazgo es por qué se tardaron tantos días en encontrar los cuerpos ya que los rastrillajes que se hicieron involucraron nada menos que a 50 mil policías. La respuesta que dan los peritos es que el lugar donde se encontraron los cuerpos es un monte con abundante vegetación que hace imposible visualizar el lugar donde aparecio el auto. Sin embargo, el Duna Weekend se encontraba a tan sólo 20 metros de la ruta 31.
2) Por qué los investigadores rastrillaron un campo situado en la localidad bonaerense de Rancagua, a unos 15 kilómetros de la ciudad de Pergamino, después de un llamado anónimo que anunció que allí estaban los cadáveres de la familia y no peinaron toda la zona de la ruta cercana a Pergamino. Inclusive se llegó a decir, en las últimas horas, que se habría realizado en la zona un rastrillaje aéreo pero no terrestre.
3) Los mismos investigadores descartaron casi desde el comienzo de la investigación que la desaparición de los Pomar tuviera que ver con un accidente automovilístico. La más elemental de las posibilidades fue descartada casi inmediatamente.
4) Se mencionó un posibile conficto familiar por las aparentes deudas de Fernando Pomar, se allanó su casa en el barrio de José Marmol, y hasta se dijo por su profesión de bioquímico, había sido contratado por narcotraficantes. ¿Con qué sentido?
5) El 1 de diciembre, después que se descartó que Pomar hubiera comprado un arma, y hasta se lo habría acusado de ser una persona vilolenta o de haber abusado de alguna de sus hijas, el ministro de Seguridad Bonaerense salió a decir que "el caso no era un hecho de inseguridad". Horas antes de la aparición de los cadáveres, la fiscal Karina Pollice evaluaba una recompensa para quien ofreciera alguna información sobre el caso. La decisión marca claramente que la investigación había fracasado.
A partir de ahora es probable que comiencen a surgir justificaciones como la que esgrimió el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli: "Con el diario del lunes es facil hablar, acá no hubo errores de rastrillaje". Lo cierto es que si quienes tienen la responsabilidad de combatir la inseguridad no pueden encontrar un auto y a cuatro cadáveres al costado de una ruta, está claro que los sufridos habitantes de la provincia de Buenos Aires están en problemas.