POLITICA

Las alianzas políticas que buscan disputarle el poder al PJ

La fallida experiencia de la UCR y el FREPASO pone en el eje de la escena a los frentes políticos. Opinan De La Rúa y Duhalde.

Las alianzas comienzan a ser una constante en las elecciones argentinas.
| Cedoc

"Para salvar a la Nación del Estado narco tiene que haber una gran alianza”, dijo Elisa Carrió y volvió a poner en agenda una estrategia recurrente en los últimos 30 años de democracia: las alianzas políticas.

¿Para qué sirven? ¿son una buena herramienta para llegar al poder pero una mala para conservarlo? ¿es válido aliarse electoralmente pero romper ese acuerdo post el llamado a las urnas? ¿Cuánto influyó el desastre de la Alianza del ‘99 para que sea visto de manera peyorativa en la Argentina? Estas preguntas tienen, en su mayoría, algunas respuestas. Para eso, Perfil.com entrevistó expresidentes, analistas políticos y legisladores que sentaron su opinión.

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Radical y PJ. Corría el año 1999 y el radicalismo tenía una alianza estratégica con el Frepaso. La fórmula era De La Rúa - Chacho Álvarez. En frente, el peronismo con Duhalde-Ortega. La victoria para la UCR en alianza con el progresismo traía vientos de cambio. Todo comenzó a evaporarse con la renuncia del vicepresidente. En 2001, la gestión terminó con De La Rúa yéndose en helicóptero de la Casa Rosada. ¿De qué sirvió la alianza entre sectores tan diversos?

De La Rúa habló con Perfil.com sobre esa fallida experiencia. El expresidente defendió las alianzas y consideró falso plantear que el peronismo no necesita de la creación de frentes electorales: “En la
historia política argentina siempre hubo alianzas, salvo para Yrigoyen y Alvear. Cuando Perón volvió en 1972 dio orden de formar una alianza con todos los que se pudiera ‘aunque sean sellos’”

Y ¿qué pasó una vez en el poder? Para el último presidente radical, "el trato dentro fue igualitario y la gestión compartida. Todo iba bien hasta que apareció la Revista La Primera con una tapa hostil y desconsiderada para el vicepresidente que éste creyó intencionada, lo que no fue así. Se agregó la falsa campaña por los sobornos del Senado y él tomo la irreflexiva actitud de renunciar. La actitud de Alvarez fue lamentable. Ni el presidente ni otro sector del Gobierno tuvo relación con la tapa de esa revista, ni los sobornos del Senado existieron. Alvarez reconoció que no sabía de estos y que pensó en ellos por indicios sueltos de (Antonio) Cafiero y (Joaquín) Morales Solá. Su flojera le hizo el juego al peronismo golpista, al FMI y a los grandes intereses que querían la devaluación y el default”.

A pesar de esto, para De La Rúa “esto no invalida la idea de las alianzas. Al revés, la fortalece. Sólo que deja la lección de una clara exigencia: que la constituyan, representen y asuman hombres probos y de carácter capaces de sustentarla y no desviarla por intereses mezquinos”.

En la vereda de en frente, Eduardo Duhalde ahora analiza lo que sucedió hace 15 años: “Si bien la Alianza ganó en el ‘99 y fracasó, eso no significa que no puedan gobernar. Fue la circustancia de esa época muy especial”, aclaró el expresidente a este portal.

Para Duhalde el peronismo también necesitó de alianzas para llegar al poder: “Siempre fue Frentista. La historia del peronismo, con el primer Perón con los radicales. Hemos hecho numerosas alianzas, con el centro o con izquierdas”.

El bonaerense coincide con Carrió sobre lo imprescindible que es hacer una alianza para enfrentar al PJ, ya que “la competencia con el Justicialismo es difícil por su base, aunque hagamos cosas bien o mal”.

¿Y qué piensan De La Rúa y Duhalde sobre lo que sucedió en UNEN con el desplante de la chaqueña hacia Pino Solanas? Allí se nota la diferencia. Mientras que para el radical “son incidentes por la personalidad pero no afecta a lo esencial”, para el peronista “Carrió es una dirigente que siempre está sola. Habla de unión pero él que no piensa como ella tiene que ir, es un estilo muy parecido a la
presidenta (Cristina Kirchner)”.

Desde adentro. Margarita Stolbizer militó en el radicalismo y luego se convirtió en la referente del GEN. Para ella, “tener una política de alianzas (desde un espacio de no-poder) siempre es difícil. Sin embargo, son imprescindibles, pero no como una lectura desesperada ‘para ganar’ sino como una posición realista frente al debilitamiento y achicamiento de los partidos que obligan a la conformación de frentes”.

El error, en todo caso, es “pensar en ese acuerdo simplemente como un atajo para llegar a destino sin importar los obstáculos; ir a contramano de lo que pensamos y decimos con tal de alcanzar un resultado”.

En medio de las respuestas, Stolbizer recordó la alianza Ruckauf - Cavallo de 2001 para demostrar que el peronismo también constituyó frentes. Sobre la interna dentro de Unen, para la diputada, la imagen que se ofreció “no fue buena, pero es parte de la convulsión propia que tiene el proceso electoral en este momento. Lo que pasa en Unen no es diferente ni más complicado que dentro del FPV, donde solo falta ver y escuchar como muchos salen a matar a Scioli para tratar de debilitarlo, cada vez son más lo que se le animan, y dentro del mismo espacio lo critican duramente. Y también le pasa a Massa. Incorpora nuevos y los anteriores aliados le amenazan con irse o se van. Así está de agitado el panorama preelectoral. hay que tomarlo con naturalidad”

Líderes políticos. El politólogo y editor de Artepolitica.com, Nicolás Tereschuk volvió a poner en el centro del debate a la UCR “que sigue siendo uno de los ejes de cualquier tipo de alianza ‘no peronista’”. 

“Las alianzas son estrategias electorales como cualquier otra”, argumentó. Pero el problema en la Argentina es que “todo el debate de las alianzas ‘no peronistas’ está teñido por el tema de la experiencia de la Alianza. Y eso tiene que ver con cómo gobernar, que no necesariamente se relaciona con el tema de las estrategias electorales”.

“Es importante pensar en la cuestión del liderazgo político, algo que le falta a una coalición como el Frente Amplio UNEN (FAU). El liderazgo de Raúl Alfonsín marcó al radicalismo durante las décadas del 80 y del 90. De la Rúa no era el líder de la Alianza, no era el presidente de la UCR, le faltaban una serie de recursos de poder que en un país como la Argentina -donde las instituciones ‘formales’ tienen un peso relativo y son una serie de mecanismos más ‘informales’ lo que priman- siguen siendo claves para ejercer con cierto éxito la función de presidente de la Nación”, consideró a Perfil.com.

Por eso, para Tereschuk “no deja de ser llamativo cómo Carrió hoy ejerce un cierto ‘liderazgo político’ pero que no puede ser traducido en votos (votos nacionales para presidente). Un sector de la UCR va a buscar un candidato con Macri pero ¿es un líder político?”.

“El peronismo hace alianzas (‘frentes’), pero siempre con esos liderazgos en el centro. Liderazgos que, insisto, siguen siendo esenciales para gobernar. No digo gobernar bien o mal, digo mantenerse en el poder, ejercer el poder, contar con mayorías legislativas razonables, llevar adelante un conjunto de políticas públicas que luego podrán ser más o menos virtuosas”, agregó.

Por último, vio con mayores posibilidad una alianza de cara a 2015 entre un sector de UNEN y el PRO, sin Proyecto Sur, es decir, Pino Solanas y sus seguidores: “La UCR tiene presencia territorial y Macri es un ‘candidato conocido’. Y esta UCR ¿en qué tema no coincide con el PRO? ¿En qué votación en el Congreso lo hizo distinto al PRO? En pocas”.

 

(*) De la redacción de Perfil.com