El intendente de Tigre Sergio Massa se mueve como un croupier. Baraja una carta, suelta la otra. Vuelve a recoger el mazo y vuelve a tirar los naipes a la mesa donde lo esperan los principales dirigentes oficialistas y opositores. Todos expectantes por saber qué va a hacer el hombre que mejor mide en todas las encuestas de intención de voto de la Provincia de Buenos Aires y que, para un lado o para el otro, podría mover el tablero político en las legislativas de 2013.
En rigor, Massa tiene en su mano cuatro cartas posibles para su futuro político, aunque dos de ellas tienen escasas chances, son parte de las posibilidades que se le presentan hoy.
El primer escenario probable para el intendente de Tigre es jugar como candidato a diputado por la Provincia de Buenos Aires enfrentando al kirchnerismo. Esto significaría una ruptura para quien fuera jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner. En caso de que sea candidato y gane, como las encuestas lo indicarían, podría pensar directamente en las presidenciales de 2015. Para esa contienda Massa había pensado en acompañar a Daniel Scioli como su candidato a gobernador, mientras Scioli fuera por la presidencia, sin embargo, dado que el ex motonauta decidió no romper con el Gobierno, una victoria en el 2013 podría catapultarlo a la lucha por llegar a la Casa Rosada.
Otro escenario probable es que no juegue en las legislativas, pero que apoye una lista con Felipe Solá y su mujer, Malena Massa, a quien no le agrada la idea de ser candidata. Esta boleta sería funcional al kirchnerismo porque le restaría votos a Francisco de Narváez.
Otra posibilidad, con menos chances, es ser candidato, pero con el Frente para la Victoria y bajo el manto del PJ kirchnerista. En su intimidad, Massa lo descarta por completo. Dice que no va a aliarse con el FVP aunque en el Gobierno creen que si lo van a buscar aceptaría. De hecho hubo emisarios de Julio De Vido (Planificación) y de Diego Bossio (titular del Anses) que se reunieron con aliados de Massa, pero no llegaron a buen puerto.
El último escenario es que el intendente no sea candidato, pero que tampoco apoye a ninguna lista para aspirar a la gobernación en 2015. Esta jugada disgusta a la liga de intendentes y dirigentes peronistas que lo siguen, quienes insisten con que Massa va a ser candidato y así, ellos, se fortalecerán en sus distritos.