Alberto Fernández asumió este martes 10 de diciembre como presidente de la Argentina. En el acto de traspaso de mando realizado en el Congreso, el flamante mandatario cumplió con todos los pasos protocolares y recibió de manos de Mauricio Macri la banda y el bastón presidencial. Momentos previos a esto, la vicepresidenta electa Cristina Fernández de Kirchner no dudó en demostrar su malestar por tener a pocos centímetros suyos al líder de Cambiemos, a quien casi ni le sostuvo la mirada. El tenso momento quedó registrado ante las cámaras que transmitían la ceremonia.
Cuando Macri corrió el telón rojo e ingresó al recinto, saludó en primer lugar a Alberto Fernández con un abrazo mientras Cristina se giraba y les daba la espalda. Pese a eso, él se le acercó y le dio la mano a la actual vicepresidenta. Los segundos que siguieron después fueron de máxima incomodidad para ella, que en todo momento decidió mirar hacia las bancas donde se encontraban los dirigentes políticos e ignorar al ahora exjefe de Estado.
Ante esta escena, PERFIL consultó al experto en comunicación política José María Rodríguez Sarachaga, quien reveló: "Se la vio incomodísima a Cristina. Macri la saludó con buena onda y se le lee claro en los labios que le dice 'buena suerte', y hasta me pareció leer que le dijo 'que te vaya bien'. Ella estaba muy incómoda en la jura, le molestaba estar parada al lado de Macri, se alejaba lo más que podía y le ponía malas caras. De hecho llegó mal porque cuando entró ella saludó abrazando a los legisladores propios y luego bajó la mirada para darle la mano a los ajenos (opositores). Una actitud como de nene de primaria que dice 'no te miro'. Una cosa de locos".
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Asimismo, el especialista trazó un paralelismo entre la reacción de Fernández de Kirchner para con Macri y viceversa: "Mauricio estuvo buena onda, sonreía, se bancó la marcha "Los muchachos peronistas" casi que le faltó cantarla. En un momento se ve que alguien (en el recinto) lo insultó o grito algo malo y él optó por mirar para abajo y respirar como diciendo 'no tengo que caer en esta provocación', acto seguido levantó la cara y volvió a sonreír".
"Cristina tiene esa impronta de transmitir todos los desplantes siempre se caracterizó por hacer berrinche, es algo que no lo disimula. Diría que hasta que lo disfruta en algún punto", opinó Rodríguez Sarachaga.
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Por su parte el especialista en comunicación no verbal Marcelo Sola, opinó: "Cuando Mauricio ingresa al recinto Cristina justo se da vuelta y si bien podía quedarse mirándolo porque es un Presidente saliente y sería una cuestión protocolar, ella decide dar la vuelta para no mirarlo. En ese momento Macri se saluda con Alberto con un saludo políticamente correcto, lo abraza y le hace dos o tres agites es la espalda con una sonrisa forzada, porque no es sincera, pero esto es política, ellos no son amigos".
Al hacer referencia en detalle en ese preciso momento del saludo entre CFK y el líder de Cambiemos, el Director de HCC Integral observó: "Cuando Macri saluda a Cristina, él le da la mano y ella en su cara hizo el gesto de elevar la nariz y poner esa expresión que se hace por ejemplo cuando hay algo que a uno no le gusta o que huele mal. Puso un gesto de desprecio, de desagrado y de indiferencia sin mirarlo a los ojos. Fue agresivo porque no costaba nada mirarlo a los ojos".
La birome de la polémica. Otra actitud que tuvo Cristina hacia Macri y que no pasó desapercibida fue que la flamante vicepresidenta no quiso utilizar la misma lapicera que él para firmar el libro de actas de asunción. De este modo se negó a tomar la que le era entregada por la escribana allí presente, y por el contrario, le pidió a uno de sus colaboradores que le acerquen otra que fue la que finalmente usó.
CP