Tras la noticia del llamado a indagatoria por parte de la Justicia al vicepresidente Amado Boudou, los editoriales de Marcelo Longobardi (Mitre) y Víctor Hugo Morales (Continental) dieron una muestra más de la división reinante en el periodismo argentino.
El periodista de la señal de Clarín señaló que de confirmarse que el vicepresidente adquirió la empresa Ciccone, la incógnita que surge es "si actuó solo o, por ejemplo, ¿se lo pidió Kirchner?".
"En una primera instancia parecerían presentarse dos alternativas para la Presidenta Cristina Kirchner. La primera es comportarse como la jefa de una facción y salir en defensa de Boudou, argumentando que es víctima de una campaña orquestada por los diarios. Y la segunda es comportarse como la Presidenta de un país, que frente a semejante situación diga basta, le pida licencia y chau, a otra cosa", señaló Longobardi, aunque imaginó que "va a inclinarse por la primera".
Al finalizar remarcó que "la Presidenta puede haber cometido una equivocación. Boudou ha sugerido que él está conforme con lo que hizo".
Defensa VH. Por su parte, Víctor Hugo defendió a ultranza al vice. "Para mí no hay nada", dijo el relato quien se refirió a "la parte perversa de los medios, donde no queda ni un bocado de decencia".
Sobre el caso Ciccone, no dejó dudas: "A la larga no van a poder mostrar nada". Luego acusó a Clarín por las "luces rojas de los semáforos y los zócalos de televisión". Morales insistió con que "en la Justicia no hay mucho" y señaló que "asumo el riesgo de pensar en voz alta" para explicar que "no me anima Boudou, me animan las injusticias de esta mafia desatada a través de sus balas de tinta", en referencia a los medios.
