Los porteños definirán hoy al nuevo jefe de Gobierno en un ballottage que quedó envuelto en una disyuntiva: nacionalizar o municipalizar la elección. Horacio Rodríguez Larreta llega con la tranquilidad de haber ganado la primera vuelta con una ventaja de 20 puntos, y durante la campaña hizo eje en que su triunfo iba a potenciar la candidatura presidencial de Mauricio Macri. Martín Lousteau, por su parte, apuntó a correr el debate nacional de la escena y se concentró en aspectos críticos de la gestión del PRO.
Rodríguez Larreta espera confiado una victoria hoy que le permita extender a Macri un festejo nacionalizado de las elecciones locales. Por ello, el líder del PRO será el último orador en el búnker de Costa Salguero, para dar cierre al recuento de votos. En el macrismo creen que la diferencia superará los diez puntos y que permitirá hacer una lectura positiva de las elecciones.
El viernes, Larreta estuvo reunido con Jaime Duran Barba, el asesor estrella del macrismo, y un grupo de funcionarios. La idea que surgió fue plantear un discurso inaugural, que abra una nueva etapa con la salida del líder del espacio que gobernó los últimos ocho años. Larreta planteará que será un desafío muy importante sostener el Gobierno en ese marco.
A partir del lunes, el jefe de Gabinete se pondrá a disposición para encarar la campaña nacional. Incluso, los candidatos de varios distritos de la primera sección electoral ya hicieron llegar su inquietud al comando de campaña nacional para llevarlo a las recorridas por sus municipios. Es el caso de Alex Campbell, en San Fernando, o Guillermo Montenegro, en San Isidro. En el PRO creen que una victoria podría capitalizarse de buena manera en el conurbano bonaerense.
Ayer, Larreta pasó el día en familia y estuvo atento al partido de su querido Racing Club, quien jugó en Avellaneda con Sarmiento de Junín.
Martín Lousteau también aprovechó para pasar tiempo con su mujer, la actriz Carla Peterson, y su hijo Gaspar. Juntos compartieron un almuerzo con la familia de ella. En las filas de ECO, el frente que conformaron entre radicales, socialistas y lilitos, no pierden las esperanzas de cara a la votación, confiados en que si el voto en blanco no es muy alto pueden dar una sorpresa. En el caso contrario, aspiran a que la diferencia no sea mayor a diez puntos, para empezar a construir, en torno a Lousteau, una opción de cara al futuro. En el corto plazo, el interrogante estará puesto en la actitud que tome el candidato en la campaña presidencial.