Acorralado por los conflictos gremiales y las internas del kirchnerismo, el gobernador Daniel Peralta tuvo que salir a aclarar esta semana que no va a renunciar, como un técnico de fútbol ahogado por los resultados de su equipo. "La gente me votó para que gestionara hasta el 10 de diciembre", dijo.
La situación de Peralta es muy delicada. Después de un paro petrolero de 22 días que le costó más de 260 millones de dólares a las arcas provinciales, el gobernador tuvo que recurrir a la Justicia, que ordenó la intervención del gremio. No pudo evitar la intromisión del Gobierno nacional, que designó un delegado para intentar arribar a un acuerdo con los trabajadores.
"Nosotros necesitamos sostener el vínculo con el Gobierno nacional porque vamos a precisar de apoyo y ayuda", se defendió el mandatario, en las declaraciones que brindó esta semana.
Es el tercer paro del sector que enfrenta desde que asumió, en mayo de 2007. Tuvo otro de diez días en 2009 y uno de 32 días en 2008. Pero además mantiene frentes abiertos con los estatales y los docentes, que toman medidas de fuerza transitorias desde que arrancó el año.
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