POLITICA
contra el fiscal

Los denunciados se defienden y dicen que es una “novela”

Nisman involucró al ex juez Yrimia, al activista Esteche y al dirigente chiita Jorge Khalil en un supuesto complot para crear una “hipótesis” falsa sobre el atentado.

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El centro de la acusación del fiscal Alberto Nisman contra el Gobierno se basa en los canales paralelos de diplomacia que se habrían cimentado entre el diputado Andrés Larroque, el dirigente Luis D’Elía y el miembro de la comunidad chiita argentina Jorge Alejandro “Yusuf” Khalil. En el escrito del funcionario judicial hay además una descripción de gestiones para la construcción de una “hipótesis acusatoria falsa”, que habría tenido el doble propósito de desacreditar la actuación de la Unidad Fiscal AMIA y preparar la definición que adoptaría la Comisión de la Verdad acordada en el Memorándum de Entendimiento.
Para Nisman, dos personas estarían detrás de esta iniciativa. El dirigente de Quebracho Fernando Esteche y el ex juez de instrucción porteño –y ex fiscal de la causa AMIA en sus primeros meses– Héctor Yrimia. Este último –siempre según la versión del fiscal– habría sido reclutado por Esteche para que aportara su conocimiento en la elaboración de una “hipótesis falsa” que imputaría el atentado a “fachos locales”.
Los señalados por el fiscal, al ser consultados por PERFIL, reconocieron contactos, pero rechazaron las graves acusaciones de la denuncia. “Mi intervención en el caso AMIA fue limitada a los primeros cuatro meses, un grupo de ocho fiscales actuamos bajo las órdenes del juez federal Juan José Galeano. Nosotros recibíamos instrucciones sobre los allanamientos y el magistrado era el único que conocía toda la causa, por esta razón no entiendo cuál puede ser el aporte que podría ofrecer”, explicó Yrimia.
Desde su perspectiva, hay una “pluma de inteligencia” detrás de los escritos difundidos por la fiscalía. El abogado, que hoy se especializa en temas de seguridad desde la actividad privada, dijo que su primera reacción fue de “sorpresa”. Y agregó: “Me pregunto para qué me incluyó”. Yrimia reconoció que tenía tratos con integrantes de la colectividad chiita, pero adujo que es parte de una iniciativa ecuménica de un grupo de laicos cristianos.  
Además, indicó que sólo tuvo dos contactos con Esteche. El primero por un piquete organizado por Quebracho en el centro porteño antes del 2004, cuando se desempeñaba como juez de instrucción porteño –cargo que asumió tras dejar la causa AMIA. El segundo, indicó, fue por una consulta de la defensa de Esteche en el caso por los incidentes frente a la Casa de Neuquén durante una protesta por el asesinato del maestro Carlos Fuentealba.

Quebracho. Por su parte, Esteche dijo que la presentación de Nisman es “una gran novela histórica policial”. Y describió al fiscal como “un tipo que  tendría que dedicarse a escribir novelas de intriga política”. Desde su perspectiva “no importa lo que vaya a pasar con la causa, que seguramente será nada, porque el objetivo ya está cumplido: la instalación simbólica del tema en el inconsciente colectivo de los argentinos, que se vuelva a hacer arder el tema de los atentados y se presente a Irán como enemigo”.
Sobre su contacto con Yrimia negó que sus abogados hubieran pedido asistencia jurídica al estudio de Yrimia, pero dijo que había muchos casos de letrados que se habían acercado a sus abogados con “propuestas non sanctas”. En referencia a Khalil, señaló que “es un compañero y conocido dirigente religioso de la comunidad islámica argentina, además de amigo mío”. Indicó que fue uno de los muchos dirigentes que lo visitó durante su encarcelamiento, pero recordó que también lo hicieron dirigentes de UNEN o el vicegobernador Gabriel Mariotto, entre otros.
Yrimia aparece en el escrito siempre por referencias de terceros. En cambio, en el texto difundido por Nisman –un resumen de las 300 páginas presentadas al juez Ariel Lijo– hay citas directas de supuestas conversaciones de Esteche. Sobre este punto el dirigente de Quebracho remarcó que “no se puede invertir la carga de la prueba” y se preguntó: “¿Hay algún argentino que no haya hablado sobre la AMIA alguna vez?”. También agregó que cualquier audio de él o Khalil que existiera “sería de evaluaciones políticas personales, pero nunca se puede creer que la diplomacia de la Argentina pasa por personas como yo, D’Elía o alguien joven como Khalil”.