POLITICA
en la búsqueda de sintonía electoral

Los errores de Alberto Fernández y las jugadas individuales, en un punto de inflexión

En el Frente de Todos entienden que el voto duro sigue intacto, aunque frustrado, pero que van rumbo a perder al resto que los votó en 2019. La necesidad de recomponer la unidad.

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Improvisación. El mandatario no siempre lee los discursos e informes que le prepara su equipo. | cedoc

El voto duro está. Apagado, inmovilizado y hasta frustrado, pero está. La mitad del blando se fue y la otra mitad está camino a irse. Esa es la evaluación que hacen en el comando de campaña del oficialismo. Ya no hay margen para más errores del Presidente. Tampoco para los cruces públicos y privados de La Cámpora, ni para un Congreso que no responde al Poder Ejecutivo con movimientos zigzagueantes de Sergio Massa que un día hace una jugada a favor de la gestión y al otro sale a escena solo en beneficio propio.

Hasta ahora, cuando las presentaciones de Alberto Fernández dejaban un discurso desordenado, con poco contenido de gestión y hasta improvisado, desde su entorno explicaban que se trataba de “un estilo propio” que no podían modificar aunque ya lo habían intentado una y otra vez. Cada vez que el jefe de Estado tiene una actividad, el equipo presidencial prepara un informe con datos que pocas veces termina leyendo. Puede llegar a hablar sobre ejes discursivos con el asesor presidencial, Alejandro Grimson y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, pero son pocas las veces que pide un discurso escrito para repetir. Apenas algunos mensajes de restricciones durante la pandemia de coronavirus hicieron que Fernández no se salga del libreto.

Esta vez, el propio Presidente reconoce que la polémica que generó la comparación sobre los orígenes de los mexicanos, brasileños y argentinos que hizo frente al jefe del gobierno de España, Pedro Sánchez, fue un duro golpe para su imagen y gestión que ya viene perdiendo adeptos.

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De todos modos, un consultor internacional que asesora a dirigentes en Argentina explicó a PERFIL que Fernández aún tiene atributos que cualquier otro político desea tener. “Es visto como un tipo honesto que busca hacer las cosas bien. La gente lo identifica como un buen tipo”, explica.

Aunque muchos dentro del oficialismo ya piensan en su sucesor para 2023, si logra conservar estas cualidades, Fernández podrá sentarse a la mesa a discutir las futuras candidaturas presidenciales. El Presidente va por más: le aseguró a sus hombres de máxima confianza que si gana las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, podrá pelear la reelección.

El propio jefe de Estado reconoce que la polémica fue un duro golpe para su imagen

Los propios le piden al jefe de Estado que vuelva al lugar en el que estaba al ganar las elecciones. Esto significa posicionarse en el centro y no dejar que el kirchnerismo acapare la escena. Los gobernadores a los que Fernández les aseguró que serían parte de su gobierno están aislados y no por tener coronavirus o ser contacto estrecho. Se cuidan de las internas oficialistas entre los principales dirigentes de la alianza mientras se concentran en ganar la elección en sus territorios.

Pese a que las internas continúan, el Frente de Todos llegará unido a los comicios. El jefe del bloque de diputados, Máximo Kirchner, repite desde hace semanas que hay que trabajar para las reelecciones de Alberto Fernández y Axel Kicillof. “Es muy lindo escucharlo a favor de la unidad, que tiremos todos juntos para el mismo lado y al otro día te levantas con un quilombo nuevo. Esto no se ordena más, vamos a mostrar unidad ahora, a ganar las elecciones y a fin de año vuelve el quilombo interno”, explica un dirigente que visita la Quinta de Olivos semanalmente.

“Los pibes” como le dicen en el Gobierno a los ya no tan jóvenes de La Cámpora insisten con resolver la economía. En “la mesa de los lunes” en la que participan Máximo Kirchner, Axel Kicillof, Sergio Massa, Santiago Cafiero y Gabriel Katopodis, entre otros, comenzó a evaluarse cómo atender a los sectores más castigados. Aunque parte del voto blando se perdió y las internas aún existen, aseguran que la elección en el territorio bonaerense hoy “se gana por seis o siete puntos”.  “Pero esta semana hubo un punto de inflexión, ya no podemos hacer ni una de más”, admite un ministro.

El oficialismo también deberá resolver la poca armonía entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo. “Con la ley del semáforo epidemiológico se empieza a ver un denominador común que es el desencuentro entre la Casa Rosada y los legisladores. Nos pasó ahora, nos pasó con la palabra negligencia, con el monotributo, el impuesto a las ganancias y jubilaciones por poner ejemplos. Hay algunos hechos que dejan en evidencia que eso está roto”, explica un funcionario. Más allá de que el Presidente se saque una foto con Massa, el Gobierno necesita que los proyectos se aprueben.