El sismo que generaron las imágenes de Martín Insaurralde y Sofía Clerici en Marbella calaron hondo en el peronismo de la provincia de Buenos Aires, sobre todo, en un grupo de intendentes contemporáneos al ahora exjefe de Gabinete que sienten que habían dejado atrás de el mote de “barones del conurbano” y que se ven salpicados por el escándalo.
Insaurralde se había transformado a lo largo de los años en el jefe de esa “nueva generación” de alcaldes y en el principal operador con diálogo hacia dentro y fuera del peronismo. Entre intendentes sienten que habían logrado renovar las caras del peronismo del conurbano pese a que muchos de los manejos de áreas claves de la estructura del Estado provincial persistían, a la usanza de los viejos “barones”.
El escándalo impactó de lleno en Axel Kicillof. En la intimidad el Gobernador desliza que no sabe lo que hacen sus ministros durante los fines de semana y que no fue consultado por Insaurralde para irse de viaje. Además, sostiene que hasta el más acérrimo de sus opositores sabe que no es un corrupto.
El Gobernador también está molesto por la doble vara con la que se juzga a la oposición. Larreta tuvo viajes a Brasil, el ex ministro de Justicia, Marcelo D’Alessandro estuvo en Lago Escondido, y Eugenio Burzaco debió renunciar luego de la muerte de Mariano Barbieri cuando se encontraba viendo el U.S. Open.
La disolución de la jefatura de Gabinete llegará luego de las elecciones y será el ministro de Hacienda, Pablo López, el encargado de estampar la firma en la decisiones administrativas.
En ese marco, la gran mayoría de los jefes comunales se enfocan en la campaña en sus distritos y optan por el silencio ante el escándalo que podría convertirse en un Cisne Negro para Unión por la Patria. Consultados por PERFIL, la gran mayoría de los alcaldes se llamaron a silencio.
Un periplo veloz
Insaurralde a su vez también acumuló adversarios internos. Su acuerdo político con Máximo Kirchner para que el diputado desembarcase en la conducción del PJ bonaerense trajo fricciones. La irrupción del líder de La Cámpora en la orgánica partidaria de la mano del lomense rompió la histórica coordinación entre La Matanza y Lomas de Zamora, que jugaban en tándem a la hora de negociar lugares en las listas y los casilleros en el organigrama en representación de la tercera sección. Por ello la ratificación de Verónica Magario como candidata a la vicegobernación se hizo esperar hasta el último día del cierre de listas.
Insaurralde realizó una meteórica carrera pasando de ser chofer del exintendente de Lomas, Hugo Toledo, (lugarteniente de Duhalde) a ser el jefe de Gabinete bonaerense designado por Cristina, referente entre los jefes comunales del conurbano, manejar la caja del juego a través de Omar Galdurralde y tener el control de la Cámara de Diputados de la provincia vía Federico Otermin, quien tendrá ahora la difícil tarea de revalidar la intendencia de Lomas de Zamora, el segundo distrito de la tercera sección, detrás de La Matanza.
