Las fiestas, como todo rito social, tienen códigos y un protocolo de rigor. Pero a veces, en pleno ir y venir de canapés, la improvisación cambia todo. La noche del 19 de mayo, durante la fiesta de los Premios Perfil, Julio Cobos y Francisco De Narváez supieron cumplir a la perfección los ademanes de la cortesía.
Mientras Cobos conversaba con periodistas en el salón del Hotel Sheraton, De Narváez se acercó para saludarlo. El vicepresidente y el candidato a diputado bonaerense del PRO-peronismo se dieron un apretón de manos y, mientras posaban para las fotos, charlaron unos minutos.
Omitieron comentar que, durante la conversación, De Narváez le pidió una audiencia a Cobos. El encuentro se concretó veinte días después e hizo peligrar la alianza entre el cobismo, el radicalismo y la Coalición Cívica. Durante 45 minutos, discutieron el proyecto de seguridad que impulsa el mendocino y Cobos se solidarizó con De Narváez por la causa, motorizada por el Gobierno, que lo involucra con el tráfico de efedrina.
"Cobos es funcional a la impunidad. No me sorprendió... Es Cobos", opinió con acidez Elisa Carrió después de ver la foto. El vicepresidente se sorprendió ante la reacción virulenta y redobló la apuesta: "Nadie me va a condicionar la agenda". En verdad, lo que lo soprendió fue la pasividad de los radicales ante la verborragia de Carrió.