Es el único funcionario argentino que sobrevivió al Valijagate. Después de haber sido compañero de vuelo de Guido Antonini Wilson, de encargarse de alquilar el avión y de haber quedado involucrado en la causa judicial por este episodio, se las arregló para mantenerse como presidente de Energía Argentina SA (Enarsa).
Pero Exequiel Espinosa sigue poniendo en juego su buena fortuna, ahora con una historia que tiene el color negro del petróleo: el director de la empresa estatal de energía tiene registrado su domicilio fiscal en las mismas oficinas en las que se encuentra establecida una petrolera privada. El problema de un vínculo tan estrecho es que hace poco esa compañía se presentó a una licitación millonaria convocada por Enarsa, lo cual podría derivar en un conflicto de intereses incompatible con la Ley de Etica Pública.
Como si esta irregularidad no fuera suficiente, se suma el hecho de que la petrolera en cuestión es EPSUR SA, propiedad del empresario Lázaro Báez, un amigo íntimo de Néstor Kirchner que hizo casi toda su fortuna ganando licitaciones de la Provincia de Santa Cruz.
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