Casi en el mismo momento en que el ministro Luis Caputo comparecía ante la comisión bicameral del Congreso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, hacía lo mismo ante la Asamblea de la capital española. Cifuentes tuvo que presentarse ante los legisladores para dar explicaciones sobre cómo obtuvo un máster de Derecho Público del Estado Autonómico. Según reveló el diario El País, la calificación de una materia y del trabajo de final del máster cambiaron de “no presentadas” a “notable”, dos años después de terminado el curso en la Universidad Rey Juan Carlos. Además, los certificados tendrían al menos dos firmas falsificadas.
Cifuentes, del oficialista Partido Popular, debió enfrentar a los legisladores, al igual que lo hizo el ministro Caputo en Buenos Aires. Los principales referentes de la oposición aprovecharon la embestida para pedirle la renuncia. Cifuentes no convenció durante su comparecencia y, en lugar de mostrar el trabajo de fin de máster, dijo que autorizaba a la universidad a hacerlo. De inmediato, el PSOE convocó a una moción de censura contra la presienta de la Comunidad madrileña, que sin embargo tiene pocas chances de prosperar.
Todo un escándalo político en España por un certificado de un máster presuntamente falsficado. En el caso del ministro Caputo, el oficialista tuitero Fernando Iglesias (entre los legisladores que se valieron del beneficio del efectivo por el canje de pasajes) podría argumentar que en la Argentina ahora miden al Gobierno de Cambiemos con la “vara de Suiza”.
Para Caputo, y a la luz del escándalo de Cifuentes por un máster truchado, ni siquiera se utiliza la vara de España. El ministro de Finanzas no declaró sus acciones en sociedades offshore tal como reveló el equipo argentino de Paradise Papers, del que forma parte PERFIL. Ocultar información sobre su patrimonio es un delito. Y fue más allá. Argumentó que “el tema de las offshore no es delito”. “Claramente no es. El único tema es tenerlas declaradas. Piensen en una offshore como una caja de seguridad”, graficó. Nada dijo sobre el origen de los fondos de esas cuentas.
En Islandia (que podría estar al nivel de la vara suiza), Sigmundur Gunnlaugsson dejó su cargo como primer ministro sólo 48 después de que se filtrara en los Panamá Papers que tenía una sociedad offshore con su mujer. Cuestión de varas.