El presidente Mauricio Macri instruyó a los ministerios de Finanzas y Energía para que cierren antes de noviembre el cuarto –y último– convenio con China para iniciar la construcción de una nueva central nuclear en 2018. Este tema fue la vedette del reciente viaje presidencial al gigante asiático, pero resta definir cuál será el costo final de la cuarta central nuclear (en Atucha) y la quinta (en Río Negro) y la forma de financiación.
Es fundamental para la administración Cambiemos lograr términos financieros beneficiosos, porque será un contrato multimillonario (se calculan unos 10 mil millones de dólares cada una) realizado bajo la modalidad de contratación directa. En estos casos, la ley exige que se logren condiciones favorables, porque de lo contrario podría haber cuestionamientos e incluso acciones legales contra los funcionarios.
Hasta ahora, las gestiones se habían centrado en los aspectos técnicos y contractuales no financieros, por lo que el liderazgo estaba en la cartera que dirige Juan José Aranguren. En la recta final, pasa al centro de la escena el titular de Finanzas, Luis Caputo.
El vínculo con China ha sido un tema sensible políticamente y muchos integrantes de la coalición gobernante habían elevado fuertes críticas un tiempo atrás, cuando el kirchnerismo impulsó un acuerdo por cuatro usinas de producción energética –dos nucleares y dos hidroeléctricas– en asociación con la segunda potencia mundial. Desde el inicio de la gestión Cambiemos se ha dado impulso al plan nuclear que había sido legado por el kirchnerismo.
Sin embargo, el objetivo es lograr un acuerdo favorable que, además, contemple la nueva posición del país en los mercados financieros internacionales tras la salida del default. Por esta razón, el precio y la modalidad de pago que el Presidente aspira a acordar antes de enero serán fundamentales desde el punto de vista político.
Hasta el momento, Energía logró establecer las características que tendrán las centrales. La primera será similar a las que ya funcionan en Atucha, con tecnología Candu 6, de agua pesada. La segunda central que se construirá en asociación con China se proyecta emplazar en Río Negro, algo que entusiasma al gobernador Alberto Weretilneck. En este caso, será una central tipo Hualong 1 con tecnología de agua ligera.
Potencia en ascenso. China ya cuenta con unas 36 centrales nucleares en su territorio y está construyendo otras 21. También proyecta copar el mercado mundial en un momento en el que Estados Unidos, Francia y Alemania –los tres gigantes del sector– están en retirada del mercado internacional de grandes centrales. Su principal carta es la financiación, algo que la posiciona frente a Rusia, otro país con el cual el kirchnerismo dejó “cartas de intención” para la construcción de otras dos centrales.
Entre los países que negocian la construcción de centrales tipo Hualong 1 a la par de la Argentina están el Reino Unido, Kenia, Egipto y Pakistán.