POLITICA
Gira asiática

Mauricio Macri buscará negocios nucleares sensibles en su visita a la India

El presidente intenta ampliar el intercambio en este sector; a pesar de los problemas con terceros países, porque India es una potencia militar atómica.

PRF-Inida
Una instalación nuclear del Invap similar a la que se vendió a la india | Invap

La visita de Mauricio Macri en la India tiene un componente estratégico de alta sensibilidad: los negocios nucleares pacíficos con una potencia militar atómica (no reconocida por la comunidad internacional). Argentina ya tiene dos líneas de negocios millonarios para la industria médica y energética en este sector. Durante su gira asiática, que comienza el próximo lunes e incluirá también a Emiratos Árabes Unidos y Vietnam, el Presidente buscará expandir los negocios en esta delicada área. Será acompañado por autoridades de la Subsecretaría de Energía Nuclear, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y las empresas INVAP, Nucleoeléctrica Argentina, Dioxitek, Conuar e IMPSA.

Parte de las 22 centrales de energía nuclear que tiene la India son de la misma tecnología canadiense, de agua pesada, con la que se construyó la Central Nuclear Embalse, ubicada en Córdoba. Esto abrió una oportunidad de negocios para la Argentina, que cuenta con la experiencia de la actualización de la central cordobesa que fue puesta crítico hace un mes y que será re-conectada a la red eléctrica en un acto que se realizará en marzo, con la presencia del mandatario.

En mayo de 2016, la empresa argentina Conuar consiguió la adjudicación de un contrato de 3,8 millones de dólares para la provisión de tubos sin costura para el uso en los generadores de dos centrales nucleares que opera Bharat Heavy Electrical Limited, similares a Embalse. El segundo y más importante contrato nuclear es el que tiene Invap. Esta sociedad estatal consiguió la adjudicación de la construcción “llave en mano” de una  planta de radioisótopos, conocida como RPF-India, por 35 millones de dólares.

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La planta está orientada a la producción de un insumo que se utiliza en la medicina nuclear, Molibdeno-99, y funciona con uranio de bajo enriquecimiento con un proceso que fue desarrollado por la CNEA. La RPF-India, que tiene un uso indudablemente civil, estará ubicada en el mismo complejo nuclear donde nació la primera bomba nuclear india, un dato que muestra lo sensible que son estos negocios.

Con India, pese a ser un país que tiene armas nucleares se puede comerciar libremente, porque en el año 2008 el Nuclear Suppliers Group (NSG) acordó una dispensa por la cual se permite, por su comportamiento responsables, hacer exportaciones nucleares”, explicó a PERFIL Rafael Grossi, embajador argentino en Viena, experto en temas nucleares y ex vicepresidente del NSG. A pesar de esta “dispensa”, eso no impide que existan problemas cuando los proyectos que busca llevar adelante Argentina. En algunos casos dependen de elementos provistos por terceros países (que, muchas veces, también pueden ser competidores de la Argentina en el complejo mercado nuclear).

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Grossi fue, como presidente del NSG, el impulsor de un proyecto para que la India ingrese a este grupo de proveedores nucleares, una iniciativa que no prosperó por el veto de China, país que tiene una competencia histórica con la India. “China aceptó la dispensa de 2008, pero tiene reticencias para aceptarlo como miembro pleno y el proceso se congeló”, explica Grossi, pero aclara que “la propuesta para la inclusión de la India, y otros países incluido Pakistán, sigue aún en la mesa”.

El dato que completa las conexiones geopolíticas de los negocios nucleares argentinos es que China, potencia nuclear rival de la India, busca completar con la Argentina un contrato para la construcción de una cuarta central nuclear. En este caso sería de agua ligera con tecnología china. El único país que tiene un contrato de este tipo con China es Pakistán, vecino y enemigo histórico de la India -país del que se separó en 1947 tras la salida británica del subcontinente indio y con el que tuvo tres guerras y múltiples conflictos fronterizos. Tanto Pakistán como India son potencias nucleares que a diferencia de China, Francia, Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido, no fueron aceptadas en el Tratado de No Proliferación Nuclear.


El antecedente de Indira Gandhi y Perón
En mayo 1974 la primer ministro india Indira Gandhi autorizó una “explosión nuclear pacífica”. Con ese oxímoron como presentación y el nombre clave Buda Sonriente, la exitosa prueba colocaba a la India en el selecto club de potencias nucleares. Para obtener el material de la bomba, la India desvió parte de la producción de un reactor de investigación construido por Canadá cerca de Mumbai. El caso despertó la condena internacional y también fue un dolor de cabeza para el gobierno de Juan Domingo Perón, que intentaba cerrar el contrato con la Atomic Energy of Canada Ltd. para la construcción de Embalse. Argentina aparecía en la década del 70 como el país que más cerca se encontraba de convertirse en una potencia atómica y el caso indio obligó a medidas de control más estricta. Finalmente, ya con Isabel en la presidencia, se logró cerrar el acuerdo e iniciar ese mismo año la construcción de la central que hoy es fuente de millonarios negocios entre los dos países.