POLITICA
El futuro del ex jefe de campaña de Macri

Macri frena el desembarco de Monzó en la embajada de España y lo margina de la campaña

El presidente no avanzó con la designación del titular de la Cámara de Diputados y no le dio un rol en el plan Macri 2019. Qué piensa en su intimidad el diputado y su pelea con Peña.

Emilio Monzó: “No renuevo como diputado. Ojalá pueda ser gobernador”
Emilio Monzó: “No renuevo como diputado. Ojalá pueda ser gobernador” | Pablo Cuarterolo

Pensó que, con el viaje a Asia junto al presidente Mauricio Macri, finalmente podría desembarcar en la embajada de España antes de mitad de año, una promesa desde hace meses de la Casa Rosada para calmar su espíritu crítico dado que no tendrá lugar en la estrategia de campaña de este año.

Pero siquiera eso: por ahora Emilio Monzó no será embajador y su futuro es incierto. Su relación con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, no logró recomponerse y, aunque sigue dialogando con opositores, radicales y empresarios de todo tipo, decidió no aparecer en la opinión pública para no agregar más leña al fuego de las internas del oficialismo.

Antes de la gira con el presidente, Monzó creyó que se volvía con la embajada bajo el brazo: la materialización del nombre del grupo de Whatsapp que mantiene con su círculo íntimo denominado “Grupo España”.

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Pero estando allá Peña lo culpó por una entrevista que otorgara Martín Lousteau a Clarín y La Nación donde reclamaba una PASO presidencial. El jefe de gabinete accionó y desactivó el cargo al que aspiraba el titular de la Cámara de Diputados, harto de su rol en el Congreso, donde cosechó más adhesiones fuera y dentro del frente oficialista.

Pero Monzó no quiso duplicar la apuesta. De hecho, decidió regresar al ostracismo mediático: a pesar de que había prometido una entrevista en plena gira por Asia a los periodistas que llevaron los dos diarios, cuando vio el revuelo armado por Lousteau dio de baja la nota. “Perdón, no puedo darles la nota ante este quilombo”, alcanzó a decirles. Un gesto que no cruzó las fronteras asiáticas.

Aunque se transformó en mala palabra para el primer piso de la Casa Rosada, los aliados de la UCR y algunos ministros siguen hablando con él. Muchos hacen catarsis: saben que encuentran feedback cuando analizan los serios problemas que encuentran en la candidatura de Macri y la concentración de poder en manos de Peña.

Dos años y medio después de haberse peleado a los gritos y de mala manera, con el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis en la residencia de Olivos, haber discrepado – incluso en una entrevista con PERFIL en noviembre de 2016 – con Jaime Durán Barba y el propio Peña por la dirección política del oficialismo y alejado de María Eugenia Vidal, Monzó sigue sosteniendo que Cambiemos debería haberse abierto a acuerdos con el PJ y con otros actores. También, expresa en privado que parte del gabinete que armó Macri tuvo casos “increíbles”, como el de Francisco “Pancho” Cabrera en Producción, eyectado en septiembre del año pasado.

Sus hombres más cercanos, como Nicolás Massot, jefe del bloque del PRO en Diputados, Sebastián García de Luca, viceministro político del Interior, o el diputado provincial Marcelo Daletto siguen trabajando para la Casa Rosada pero sin la convicción con la que recorrieron el país entre 2011 y 2015 buscando candidatos.

“Emilio, ¿cuándo vas a hablar y plantear todo lo que pensás?”, le dijo un empresario de los más poderosos del país en las últimas semanas.

Para su respuesta Monzó apeló a una vieja muletilla, la misma que utilizó todo el 2018, y le contestó que prefiere tener “responsabilidad institucional” ante la fragilidad del Gobierno producto de la crisis económica. En su entorno más cercano aseguran que esa responsabilidad que lo lleva a mantenerse callado ante la opinión pública durante casi dos años está cerca de terminarse si la situación político-económica no muestra cambios.