El repliegue de la Policía Federal en los edificios públicos porteños desencadenó una serie de reestructuraciones en el plan de seguridad que tejía para este año el ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro. Además de la modificación en la asignación de los efectivos de seguridad privada –que ya comenzó–, el Gobierno porteño lanzará en los próximos meses siete nuevos “senderos seguros” para escuelas, que completarán treinta en total antes de fin de año, para reforzar la seguridad en las escuelas. Cada uno tendrá cámaras de seguridad y sistemas “antipánico”, conectadas al Centro Unico de Monitoreo.
“Hoy tenemos 65 mil chicos custodiados y queremos llegar a los 80 mil para diciembre, pero para que esto funcione, en gran parte dependemos de la voluntad de cooperar de la Policía Federal”, confima Pablo García Mithieux, director de Prevención del Delito del Gobierno porteño, y adelanta que el próximo sendero a inaugurar será en Nueva Pompeya. Se lanzará en los próximos días y beneficiará a 2.316 alumnos en 13 cuadras, en una zona muy cercana a la Villa 21-24.
Los senderos funcionan esencialmente en tres turnos, que coinciden con el ingreso y egreso de alumnos en las escuelas. La vigilancia comienza a las 7.30 y dura hasta las 9, luego de 12 a 14 y finalmente entre las 16.30 y las 18.
La seguridad la ofrece un esquema tripartito en el que coopera la Policía Federal –no lo hace en todos los barrios, según el Gobierno porteño–, la Policía Metropolitana y el cuerpo de agentes de tránsito: patrullan un recorrido que atraviesa la puerta del colegio y, en general, llega hasta los medios de transporte.
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