El anuncio de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner tomó de sorpresa al oficialismo. Las primeras reacciones se mezclaron entre el desconcierto y el optimismo.
En los primeros diálogos tanto en la residencia de Olivos como entre ministros surgió que “no cambia nada en lo estructural aún”. El jefe de gabinete, Marcos Peña, trabaja sobre la idea de que “no cambia cómo se organiza la oposición” y “no tomar decisiones apresuradas”, según pudo reconstruir este medio.
En lo profundo, en el ala política, encabezada por Rogelio Frigerio, el ministro del Interior, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, crece la posibilidad de que Cambiemos trabaje en la apertura del frente a otros espacios.
Es más: por estas horas ya se habla de que al presidente Mauricio Macri no le quedará otra que llevar un candidato a vicepresidente radical o, incluso, peronista. “Esto nos obliga a trabajar en serio una amplitud. La fórmula pura está muerta con esto”, confía a PERFIL una fuente de la Mesa de los 12 del PRO.
A su vez, el peor escenario para el oficialismo es que el PJ termine unificado contra Macri. “Queremos ver cómo se ordenan aún. No está claro el panorama. También puede que se abra la tercera vía y pueda crecer”, confía otra fuente oficial.
Por su lado, en la Provincia de Buenos Aires la noticia cayó como un “oasis en el desierto”, según describen a PERFIL. La figura de Alberto Fernández, creen, no tendrá el mismo arrastre que el de CFK encabezando la boleta. Uno de los ministros bonaerenses bromeaba esta mañana: aseguraba que volvió a escuchar, después de largo tiempo, a Gustavo Cerati con una banda electrónica que supo tener en los noventa. Se llamaba Plan V.
H.B.