—¿Cómo llega su padre a México?
—El tenía que irse. Había sido investigado por la Fiscalía de (José María) Campagnoli, tenía demasiados problemas y quería distanciarse de la situación. La causa todavía estaba activa. No fue deportado. El tema era delicado y tenía que buscar un segundo país de residencia. A través de su amigo Roberto, le presentan a gente de México que tenía prostíbulos. Entra en la sociedad cambiando una cantidad de chicas por un porcentaje.
—¿Esa causa prescribió?
—Aparentemente, cae por varios errores procesales, y luego prescribe.
—Pero temía la condena.
—Claro, porque había muchísimas pruebas.
—Hoy, ¿podría regresar a la Argentina?
—No creo que regrese. Podría, pero tendría que sentarse en un tribunal a dar explicaciones por otros procesos judiciales pendientes.
—¿Cómo son esos locales de México: The One, Divas, Ellegance; en Playa del Carmen, Maxim, y Mix Sky Lounge.
—El Mix antiguamente era el Divas: el mismo local cambió de nombre. El va cerrando y abriendo locales. Actualmente tiene el Mix abierto.
—Solamente.
—Sí, en Cancún. Tuvo en Tijuana, varios en Cancún, pero se los van cerrando. El The One de Cancún se lo cierra un organismo público mexicano.
—Le resulta más difícil en México, porque acá no se los cierran.
—Acá tiene más poder. En México funciona con ayuda de la corrupción del gobierno local, pero no a nivel nacional. No está instalado en la capital de México, sino al lado de una ciudad turística, Cancún. Ahora mismo el Mix tiene abajo unos sofás donde la gente toma tragos; arriba tiene reservados con cortinas, para clientes. Incluso hay dos habitaciones.
—¿Algún distraído podría suponer que es una disco?
—Nadie puede creer que eso es una discoteca, porque además tiene un caño de baile.
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