El 2020 no fue el primer año de gestión que el Gobierno esperaba y si bien el Congreso no quedó exento de dificultades, logró sobrellevar el aislamiento, las dificultades de conectividad y registrar la aprobación de más de 70 leyes.
“Comenzar de nuevo”, fue la frase que surgió desde la Cámara de Diputados frente al desafío de funcionar en pandemia y aunque fin de año marcó un límite temporal al trabajo parlamentario, lo cierto es que será un “continuado” durante el verano.
En el oficialismo, el balance tiene algunos hitos con la aprobación de leyes clave y trabajosas como el Presupuesto 2021, luego de que no se pudiera aprobar el texto correspondiente a 2020 producto de la declaración de la emergencia al comienzo de la gestión de Alberto Fernández, el Aporte Solidario y Extraordinario, la nueva fórmula de movilidad jubilatoria y la reciente sanción del aborto legal, que marcó un hecho histórico en la ampliación de derechos. También hubo iniciativas ligadas a contener la crisis generada por la pandemia o a generar nuevas condiciones como las leyes de Teletrabajo, de Economía del Conocimiento o de Educación a Distancia para todos los niveles. En el ámbito de la salud salió la ley para donación de plasma, impensada en tiempos de normalidad, y la ley de vacunas, para dar un marco legal al proceso de adquisición que Argentina inició hace algunas semanas y que se encuentra en la mira opositora.
Congreso: habrá sesiones ordinarias hasta el 11 de diciembre y extraordinarias hasta febrero
Conexión remota, VPN y Protocolo, fueron algunos de los términos que el Congreso adoptó como propios desde marzo hasta fin de año y también fueron eje de discordia entre el oficialismo y una oposición que buscó hacerse notar siempre que pudo ante la inferioridad numérica. Es que en el Senado, con un trabajo en bloque de 29 senadores, Juntos por el Cambio afrontó en cada sesión a una abrumadora mayoría del Frente de Todos, que con el correr de los meses se fue volviendo más intransigente, sustentada en lo ideológico por buena parte de los históricos preceptos kirchneristas que postulan el combate contra ciertos enemigos como la Justicia o los sectores concentrados de la economía.
Cristina Kirchner, conductora formal del Senado y referente espiritual de los 41 legisladores del Frente de Todos, comandó con firmeza las sesiones y amparada en la mayoría propia sancionó textos que luego quedaron estancados en Diputados como la reforma judicial, la ley de etiquetado frontal o la reforma del Ministerio Público Fiscal, uno de las batallas del año en torno a la designación del Procurador General de la Nación que tampoco se pudo lograr.
En la Cámara baja, los acuerdos fueron más negociados y sin los 129 votos garantizados, el oficialismo debió salir a “cazar” aliados en cada sesión polémica, con el respaldo aleatorio de los cordobeses de Juan Schiaretti, los lavagnistas de Consenso Federal o el diezmado bloque del mendocino José Luis Ramón que siempre siguió de cerca al Frente de Todos.
Cafiero y el Congreso. Amparado en la pandemia, el jefe de Gabinete no terminó de cumplir con el precepto constitucional de una visita mensual al Parlamento y durante 2021 solo asistió en tres oportunidades, dos veces al Senado y tan solo una a Diputados, sumado a un informe por escrito. En voz baja, desde el Gobierno recuerdan que Marcos Peña, su antecesor, fue apenas dos veces durante 2019 pero en rigor, la rendición de cuentas es una tarea que los jefes de ministros siempre terminan esquivando.
Protagonistas parlamentarios
- Cristina Kirchner. La vice se apropió del Senado en pandemia y fue la absoluta responsable del temario oficialista en la Cámara alta. Justicia, economía y construcción de poder, entre sus prioridades.
- Anabel Fernández Sagasti. La senadora mendocina fue una de las responsables de sumar los consensos para el Frente de Todos y desactivar intentos opositores por frenar algunos proyectos.
- Oscar Parrilli. El senador neuquino y una de las principales espadas legislativas de Cristina estuvo a cargo de la agenda judicial y volcó en los debates muchos de los requerimientos del kirchnerismo puro.
- Luis Naidenoff. El jefe del interbloque de JxC en el Senado se plantó frente a la abrumadora bancada oficialista, sentó la postura opositora y logró acuerdos estratégicos para garantizar la gobernabilidad.
- Martín Lousteau. El senador porteño de Juntos por el Cambio fue una de las voces opositoras más fuertes y con sus críticas y diagnósticos le pegó duro al gobierno de Alberto Fernández desde el Congreso.
- Sergio Massa. Tuvo el arduo trabajo de hacer funcionar la Cámara de Diputados en plena pandemia y logró juntar los respaldos para un oficialismo que no contaba con mayoría propia y necesitaba aliados.
- Máximo Kirchner. El jefe del Frente de Todos manejó la agenda oficialista e hizo crecer su proyección política desde el Congreso, el trabajo territorial y el permanente nexo con el Poder Ejecutivo.
- Graciela Camaño. Por afuera de los bloques mayoritarios, la bonaerense resultó una aliada clave para el oficialismo en temas de agenda pero marcó el rechazo en el aborto y la movilidad jubilatoria.
- Mario Negri. El jefe del interbloque de Juntos por el Cambio logró mantener la unidad en el primer año fuera del gobierno. Aglutinó una variedad de posturas y coordinó una dura oposición en pandemia.
- Carlos Heller. Al frente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el banquero dio duras discusiones con la oposición y fue elprincipal impulsor, junto a Máximo K, del Aporte Solidario y Extraordinario.