Si había algo que no necesitaba la economía argentina es un nuevo nubarrón en el horizonte. Tampoco necesitaba más incertidumbre en el estiradísimo acuerdo con el Fondo Monetario.
La guerra en Europa reavivó diferencias dentro de la coalición de Gobierno y las tensiones, por ejemplo en torno a la ya caliente discusión por las tarifas y al ritmo que tendrá (o no) la recuperación económica este año.
La situación en Rusia le puso más combustible a cuánto deberán aumentar las tarifas de luz y gas. Por ahora solo se publicó una suba de en torno al 20% para el gas en el AMBA, lo que llevaría por ejemplo un consumo mensual cercano a los $ 1.500 a subir casi $ 300 más. Pero lo que se recalienta ahora es cuánto más deberá subir en el futuro o, lo que es lo mismo, cuánto más deberán podarse los subsidios. Cada párrafo del acuerdo que aún no llega ni se conoce deberá pasar por la aprobación del board del Fondo que ahora asoma más concentrado en asistir con 2.200 millones de dólares a Ucrania. Pero que además tendrá “otra mirada energética”, ya que todo el mundo estará ajustándose el cinturón en torno al costo de la energía; aun aquellos países en los que, a diferencia de la Argentina, no hay diferentes enfoques ideológicos en torno a esta cuestión.
De hecho, Europa ya subió las tarifas por las dificultades que tendrá el suministro desde Rusia, a solo 48 horas de iniciada la guerra en el Viejo Continente. La recuperación del precio de las commodities como el trigo, la soja o el petróleo, todos bienes primarios que la Argentina exporta al mundo se verá empañado por el lento ritmo de locomotora que tendrá la economía mundial, un mundo que comprará menos y le comprará también menos a la Argentina en consecuencia. Si, además, había alguna esperanza de tentar inversores extranjeros para sentirse atraídos en estas latitudes, los desembolsos estarán muy conservadores en un horizonte bélico como el actual.
Con todo, en el Gobierno seguían dejando la puerta abierta ayer para que salga el acuerdo “de un momento a otro”. Habían anticipado que se conocería el jueves pasado, justo el día de la invasión rusa a Ucrania. Ahora parece, incluso, que el discurso del presidente Alberto Fernández, en las sesiones ordinarias del 1º de marzo, tendrá poco para decir en cuanto al acuerdo con el FMI. Por las dudas, en la Cámara de Diputados ordenaron dejar una guardia en la mesa de entrada el lunes feriado, pero probablemente esa prevención sea en vano.
Advertencias de Mario Blejer
Agencias
Si bien el conflicto entre Rusia y Ucrania ocurre a 12.800 kilómetros del puerto de Buenos Aires, los expertos ya pronostican que sus consecuencias impactarán en el país. Mario Blejer, economista y ex director del Banco Central, indicó que el conflicto “tiene muchísimas implicaciones” en lo que refiere a lo económico, financiero y social.
“Rusia juega un papel importante en el mercado internacional de la soja, que es nuestro producto fundamental de exportación”, señaló en diálogo con el programa Levántate y anda de Radio Colonia. Agregó a su vez que la injerencia del país es muy significativa en lo que refiere a la demanda del mercado financiero internacional.
Al respecto de este punto, dijo que “se van a empezar a realizar toda clase de transacciones informales y se van a empezar a buscar alternativas y coberturas que van a deteriorar el ambiente financiero internacional, que ya se vio con la caída importantísima que ha habido en los mercados”. El ex director hizo apreciaciones también sobre el acuerdo con el FMI : “En sí mismo el arreglo no nos trae plata nueva, sino que el préstamo nos va a dar la cantidad de dinero que necesitamos para pagar la deuda”. Agregó, por otro lado, que “eso abre la puerta a que Argentina pueda movilizar fondos, recursos, préstamos e inversiones de otras instituciones internacionales, como el Banco Mundial o el BID, que en condiciones normales permitirían ingresar nuevo dinero.