La carrera electoral en la provincia de Buenos Aires ya comenzó y Sergio Massa sale en el primer lugar de la grilla de partida. Con las listas cerradas y todas las incógnitas sobre las candidaturas develadas, el intendente de Tigre arranca la campaña liderando las encuestas y con una considerable distancia sobre la lista del kirchnerismo, que deberá concentrar esfuerzos en consolidar los votos propios. Francisco de Narváez, que se ilusionaba con volver a ganar, aparece como el más golpeado.
El enigma sobre su postulación, con el cual Massa jugó hasta el último día, parece estar rindiéndole frutos. Los sondeos ya mostraban que era el dirigente con mejor imagen pública en la provincia de Buenos Aires, por arriba incluso del gobernador, Daniel Scioli, y de Cristina Kirchner. Ahora, en intención de voto también mira a todos desde arriba.
PERFIL pidió este estudio exclusivo a la consultora Federico González y Cecilia Valladares, Consultores en Marketing Político, y a la empresa MGMR (www.mgmr.com.ar), que aplica el novedoso sistema IVR (Interactive Voice Response o Respuesta Interactiva por Voz) para la recolección de datos.
De realizarse hoy las elecciones legislativas, Massa, que es secundado por el intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi, ganaría con el 35,5% de los votos. La nómina kirchnerista, encabezada por Martín Insaurralde y Juliana Di Tullio, llegaría al 25,6%. En tercer lugar quedan Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín, que armaron el Frente Progresista, Cívico y Social, con el 18,3%. De Narváez, en este escenario, quedaría cuarto con un 14,9%.
Por lo propio. El tan repetido “vamos por todo” que se le asigna al kirchnerismo deberá reconfigurarse durante la campaña electoral en un “vamos por lo propio”. De hecho, como publicó PERFIL en su edición de ayer, la estrategia del Gobierno ya está definida: apuntar todos los cañones contra Massa para así consolidar el voto fiel.
Los números muestran un escenario preocupante para la Presidenta ya que un 68% de los encuestados asegura que nunca votaría a sus candidatos. A pesar del bajo nivel de conocimiento público que tiene Insaurralde, en el oficialismo se muestran confiados de que pueden revertir esa situación a medida que avance la campaña, y con Cristina jugando fuerte junto a sus candidatos. Sin embargo, el techo parecería no ser muy alto: sólo un 30% se muestra dispuesto a votar a un candidato oficialista.
¿Por qué Insaurralde tiene una intención de voto del 25% pero un 30% dice que votaría al oficialismo? Porque Massa no sólo le roba votos a la oposición, sino también al oficialismo. De hecho, un 19% de los encuestados que responden que votarán por el candidato del Gobierno también reconocen que podrían votar al ex jefe de Gabinete de Cristina. Y allí se encuentran los fundamentos de la estrategia del ir “por lo propio”. El cierre de listas ya lo dejó en evidencia, con los intendentes que se quedaron en el redil y los lugartenientes kirchneristas del Congreso que debían renovar sus bancas ocupando los lugares expectantes. A los aliados, ya sea del sciolismo o de la fuerza de Martín Sabbatella, los relegaron a lugares con menos posibilidades de entrar.
Apenas conocido el lanzamiento de Massa, desde las filas de De Narváez y de Stolbizer comenzaron a ligarlo con el kirchnerismo, sembrando dudas sobre si era un verdadero opositor o no. El estudio de opinión refuerza los motivos de esa estrategia.
Un 64% de los consultados anticipa que va a votar a un candidato opositor. Y se divide entre un 49% que quiere una oposición fuerte y un 15% que se inclina por una moderada. Sin embargo, Massa arranca la campaña apareciendo, para los encuestados, como un opositor más fuerte que De Narváez y Stolbizer. Incluso es visto, a nivel nacional, como el principal líder de la oposición. Además, casi la mitad de los votantes de Stolbizer y de De Narváez se muestra dispuesta también a votar a Massa. Ello implica un verdadero riesgo para quienes, antes del lanzamiento del intendente de Tigre, intentaban polarizar con el Gobierno.
De Narváez, que para esta elección cerró una alianza con el sindicalista Hugo Moyano, dio inicio el viernes a su campaña con un acto en la ciudad de La Plata, donde dio a conocer su nuevo eslogan. Cambió el “Ella o Vos”, con el que buscaba polarizar con Cristina Kirchner y sus candidatos, por un “El es Ella”, que apunta a vincular a Massa con la Presidenta y recuperar el puesto del opositor más fuerte.
Stolbizer y Alfonsín, en tanto, seguirán insistiendo con que su espacio es el único “distinto”, que se diferencia de la interna peronista, donde hoy se enfrentan dirigentes que hasta hace poco estaban juntos. Tanto Massa como Moyano, en 2011, apoyaron la candidatura presidencial de Cristina Kirchner.
De esa forma, además, Stolbizer y Alfonsín buscarán evitar que se repita el escenario 2009, cuando quedaron relegados por la polarización entre De Narváez y Néstor Kirchner. Esa vez, de todas formas, lograron superar el 21% de los votos.
La elección bonaerense es clave. No sólo porque renueva la mayor cantidad de diputados (35), sino también por el efecto que tendrá en el escenario político de cara a la sucesión presidencial. Un triunfo de Massa puede perjudicar las aspiraciones presidenciales del gobernador Daniel Scioli y del resto de las fuerzas opositoras que aspiran a heredar al kirchnerismo en el poder. Por eso, el objetivo de todos es quedar parados lo mejor posible en las primarias del 11 de agosto, para llegar con expectativas serias a las elecciones del 27 octubre.