“La gobernabilidad no está, ni va a estar en juego”, respondió Sergio Massa sobre las versiones de un posible “golpe institucional” que comenzaron a instalar dirigentes kirchneristas.
El primer candidato a diputado nacional por el Frente Renovador lanzó esta frase desde Mar del Plata, distrito al que llegó en busca de achicar la diferencia de más de seis puntos que el oficialismo le sacó en los comicios del 11 de agosto.
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El jueves, el gobernador bonaerense le había agregado un nuevo capítulo al debate sobre la gobernabilidad al sostener: “este gobierno debe terminar lo mejor posible para que, después, la dinámica de la democracia permita proyectar un mejor futuro”. Días antes, la diputada y candidata del Frente para la Victoria, Juliana Di Tullio había dicho: “La intención de fondo (de la oposición) es dar un golpe institucional a la democracia”.
Ayer, el intendente de Tigre que obtuvo más de cinco puntos de diferencia sobre el candidato del Frente para la Victoria, Martín Insaurralde, desestimó estos rumores y agregó: “Tenemos que consolidar cada vez más las instituciones de una democracia que debe ser cada vez más fuerte. Y esto se logra con un gobierno ocupado en resolver los problemas, un parlamento ocupado en legislar sobre los problemas cotidianos, y una justicia cada vez más fuerte e independiente”.
En tanto, sobre el llamado a internas de Scioli, Massa respondió: “Hablar de 2015 con la inflación y la inseguridad que hay es inoportuno”: Ayer, el mandatario bonaerense había reiterado: “A medida que la democracia vaya madurando vamos a ir a internas en todos los partidos. El partido está abierto para aquel que quiera disputar las candidaturas, pueda hacerlo adentro”.
Scioli y Massa mantienen una fuerte disputa por el liderazgo del peronismo. Aunque el gobernador no es candidato, decidió ponerse al frente de la campaña del oficialismo con el objetivo de que el intendente logre la menor cantidad de votos.
Ambos dirigentes estuvieron a punto de llegar un acuerdo para competir en estas elecciones juntos, pero a 24 horas del cierre de listas, Scioli decidió dar marcha atrás con las conversaciones avanzadas.
Ahora, ambos sueñan con alcanzar la presidencia en 2015.
