La euforia por el acto de Vélez todavía no había disminuido y Sergio Massa encargaba nuevos focus group para medir la aceptación del público sobre su discurso de lanzamiento. Ayer por la mañana, el candidato presidencial del Frente Renovador, evaluó con su equipo las primeras repercusiones del evento y comenzó a diseñar la agenda de actividades de mayo, el mes en el que apuesta a posicionarse mejor para la pelea por el ballottage.
El tigrense hizo una comparación de la campaña con un partido de fútbol y aseguró, que con el acto y el acuerdo con José Manuel de la Sota, había logrado empatar el juego contra el postulante del PRO, Mauricio Macri. “Ahora nos queda mayo para ganarlo”, repite.
El consultor Hugo Haime le acercó nuevos números del empate. Según el sondeo que maneja el diputado, Daniel Scioli se posiciona con el 33% de los votos, mientras que Massa y Macri obtienen el 27% de los sufragios.
El acto también sirvió para ordenar la tropa interna. Ayer, Massa llamó a cada uno de sus intendentes para agradecerle la movilización, y cree que inmovilizó cualquier posibilidad de nuevas fugas, incluso la de uno de sus candidatos a gobernador, Darío Giustozzi. Lo sorprendió además, la dureza con la que Roberto Lavagna acusó al PRO de ser sólo “globitos” sin ideas. El candidato del Frente Renovador quiere ver al ex ministro de Economía más activo en los medios y, de a poco, lo empieza a convencer.
Lo que se viene. En las próximas semanas, Massa volverá a hacer una recorrida por día con el objetivo de rodearse de gente y de pocos dirigentes. El lunes se mostrará con trabajadores, el martes con beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo que le pedirán establecerla por ley, y así continuará el resto de los días.
El miércoles, el tigrense presentará su libro: La Argentina que viene con la novedad que se podrá leer en formato electrónico y será colgado a la red social Facebook. En este libro explica su partida del kirchnerismo y por qué no es ni Macri ni Scioli.
En su discurso continuará con “un falso positivo por contraste”, tal como lo definió su asesor internacional Antonio Sola. “No incentivamos el alquiler, queremos propietarios, no somos Macri. No somos sacapresos, ni queremos jueces militantes, no somos kirchneristas”, grafican en su equipo sobre la teoría, con la que intentarán contrarrestar posturas con sus dos principales rivales.